Recorte y Políticos

Ante las medidas anunciadas el pasado 11 de julio por el gobierno español ante el Congreso, en respuesta a la dramática situación de déficit en las cuentas públicas, queremos exponer como Alianza Evangélica Española.

1.- La grave situación de nuestro país es incuestionable: una recesión económica sin visos de inflexión inmediata; una tasa de desempleo que se acerca al 25%; una persistente desconfianza de los inversores; un sistema financiero sometido a la escrutadora revisión externa, por la evidente falsedad en las cifras publicadas por muchas de las entidades; una dependencia agónica de los fondos y medidas europeas… Y a todo eso hay que añadir una deuda pública que ningún inversor está dispuesto a adquirir, si no es a precios imposibles de pagar.

2.- Por todo ello es indiscutible que nuestra clase política –en las diferentes administraciones públicas, en las que casi la totalidad del espectro político tiene finalmente responsabilidad- debe tomar medidas que corrijan una situación insostenible, pues la falta de decisiones tan solo nos conduciría a la quiebra como país.

3.- Pero partiendo de esta situación de necesidad, es preciso que como ciudadanos –y más como cristianos- analicemos el enfoque y objetivo de tales medidas, así como los principios éticos que denotan las actitudes, prioridades y argumentaciones que llevan a tales decisiones.

3a.- En los últimos dos años y medio, la gestión de la crisis ha sido abordada por dos administraciones de distinto signo político, pero en todas las medidas adoptadas se ha reproducido un mismo enfoque: cargar el esfuerzo en la parte más débil y desprotegida de la sociedad.

La rebaja –cuando no la supresión directa- de las ayudas a parados y dependientes. Las sucesivas subidas del IVA, que empobrecen aún más a la población con menos recursos, por la propia naturaleza del impuesto. La progresiva disminución de recursos en la atención sanitaria pública, que ha disparado las listas de espera y disminuido el grado de eficiencia. Las congelaciones y reducciones de pensiones, que añaden vulnerabilidad a cientos de miles de ancianos muchos en situaciones límites o precarias. Las reiteradas mutilaciones salariales y de condiciones laborales a los funcionarios… Y en todas esas medidas han participado – por pasividad o activamente con su refrendo- prácticamente todas las fuerzas políticas casi sin distinción.

3b.- Pero lo auténticamente dramático es el sentimiento, cada vez más arraigado en la población, de estar sufriendo estas medidas por la irresponsabilidad de una casta política que vive alejada y de espaldas al pueblo al que debería servir.

Un país lo que difícilmente puede entender, asumir y sufrir, es la permanente falta de ética en el ejercicio de la función pública por los gobernantes. Porque en su ejercicio del poder vienen abusando constantemente de los fondos públicos a su alcance, con su permanente e irresponsable recurso al endeudamiento, permitiendo que muchas administraciones deban miles de millones de euros por compras y servicios nunca pagados o utilizados. Porque se han instalado en la hipocresía y la falacia, descalificando hoy al contrario para mañana hacer exactamente lo mismo. Y de nuevo en todo esto no queda prácticamente formación política que se libre. El problema está instalado en nuestro propio estilo de vivir y ejercer la democracia.

3c.- Vivimos una cultura de soborno político permanente. Entre las muchas instrucciones de orden social que Dios dio a su pueblo en tiempos de Moisés, encontramos una de tremenda actualidad para nuestro presente como nación: ‘No tomes soborno, porque el soborno ciega la sabiduría y pervierte la justicia(Deuteronomio 16:19). En nuestro país hemos institucionalizado el soborno como forma propia de gobierno y administración de los asuntos públicos.

Porque soborno es la proliferación de cargos de confianza política, multiplicados por miles en todo tipo de administraciones, organismos y empresas públicas. Cargos que suponen miles de millones de euros anuales, pero que nadie siquiera cuestiona. Para nuestros políticos parece más fácil recortar prestaciones y coberturas sociales a los más desprotegidos, antes que  perder todos esos destinos, con los que poder usar el dinero público para sostener a los ingentes cuadros de los partidos políticos.

Soborno es un sistema parlamentario, autonómico y municipal que impide el voto personal en conciencia, obligados todos a la disciplina partidaria bajo la sanción económica y al “no salir en la foto”.

Ese soborno institucional como modelo de ejercer la función pública es el que nos ha llevado a la actual situación, en la que los políticos muestran serias carencias de responsabilidad política y moral frente a la sociedad.. De ese modo pueden usar inmoral e ilegalmente los fondos públicos, con la seguridad de que sus compañeros cubrirán, justificarán y aún premiarán su proceder (el partido que esté libre de este pecado, que tire la primera piedra). Esa carencia ética es la que permite que el consejo de administración de la segunda caja de ahorros firmase unos falsos beneficios, para finalmente descubrir unas pérdidas de unos 25.000 millones (consejo formado por representantes del PP, PSOE, IU,

sindicatos y organizaciones empresariales, todos ellos responsables con sus firmas). España es uno de los países que más políticos tiene por número de habitantes del mundo y esto se ha constituido en la práctica habitual para que los partidos financien y sostengan a sus propios cuadros, convirtiéndose la clase política en una institución en sí misma, que parece tener por principal finalidad el perpetuarse.

Mantener una deplorable disciplina presupuestaria en muchas autonomías y gobiernos locales, mientras esas mismas administraciones recortan prestaciones sociales a la población. Favorecer amnistías fiscales para los defraudadores (repetidas por los dos partidos mayoritarios en sus gobiernos) mientras se penaliza a quienes cumplen la ley. Mantener subvenciones por decenas de miles de millones a actividades privadas, que deberían ser sufragadas por sus seguidores (partidos políticos, sindicatos, Iglesia Católica), mientras se recorta el gasto en educación, investigación, sanidad y lucha contra la pobreza… Nuestro día a día está lleno de evidencias de una pérdida de ética en las prioridades y en la toma de decisiones.

La historia nos cuenta que a finales del Siglo V AC, en tiempos del imperio persa, Nehemías fue nombrado gobernador de Jerusalén para abordar su reconstrucción tras largos años de devastación, ruina y miseria. Su modelo de gestión pública es un reto permanente: ‘Desde el día que me mandó el rey que fuese gobernador… ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador. Pero los primeros gobernadores que fueron

antes de mí abrumaron al pueblo tomando de ellos gravosos impuestos, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo. Pero yo no lo hice así, a causa del temor de Dios… porque la servidumbre de este pueblo era grave’.

España necesita profundas y drásticas reformas estructurales, pero sin duda la más necesaria tiene que ver con el modo en que nuestros políticos entienden la función pública. Si no les mueve a recapacitar el temor de Dios, esperemos que al menos lo haga la gravedad de la servidumbre de su pueblo.

Equipo de Autorización

Acuerdos entre la Comisión Permanente de FEREDE y la Junta directiva de la Alianza Evangélica Española

Como resultado de varias reuniones de cargos representativos de la Alianza Evangélica Española y la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, la Comisión Permanente de FEREDE y la Junta Directiva de la AEE en un espíritu fraternal de colaboración llegan a los siguientes acuerdos:

1.-  Reconocimiento mutuo en el ámbito nacional e internacional

  1. La FEREDE y la AEE se reconocen recíprocamente como entidades hermanas pero de distinta naturaleza, ámbito de trabajo y representatividad. También hay áreas de interés común.
  2. La AEE reconoce a la FEREDE como el único interlocutor oficial ante el Gobierno y, por tanto, como representante del pueblo evangélico federado ante el Estado para negociar y desarrollar los Acuerdos firmados en 1992 u otros posteriores.
  3. La FEREDE reconoce a la AEE como una entidad federada, cofundadora de la Comisión de Defensa Evangélica (predecesora de la propia FEREDE), como uno de los organismos evangélicos interdenominacionales más antiguos de España, y desde su inicio hasta hoy, como una referencia importante -que no la única- en el pensamiento protestante español.
  4. Ambas partes reconocen y valoran la actuación y dimensión internacional de la otra y se comprometen a fomentar un espíritu de colaboración, de unidad y ayuda en la esfera internacional. A estos efectos la FEREDE reconoce que la AEE es la legítima representante ante la Alianza Evangélica Europea y Mundial, como única entidad española miembro de las mismas, y por ello la relación que pueda tener FEREDE con estas entidades tendrá en cuenta esa realidad y actuará sin menoscabo de la misma. Con el mismo criterio actuará la AEE en su relación con FEREDE reconociendo su representatividad nacional e internacional en el Foro Iberoamericano de Diálogo Evangélico y en todos los foros y entidades relacionados, entre otros, con la libertad religiosa, la negociación, desarrollo y seguimiento de acuerdos con los Estados y autoridades.

2.- Valoración y respeto del trabajo de ambas entidades

Cada entidad se compromete a respetar y valorar el trabajo de la otra en un espíritu de colaboración y no de competición. Ello se procurará expresar en gestos públicos que, sin implicar un trato de favor ni menoscabar la autonomía de cada entidad, mejoren la imagen y, en especial, el testimonio ante el pueblo evangélico y la sociedad española.

3.- Diálogo y cooperación.

En este espíritu, cualquiera de las dos entidades considerará de manera especial buscar la

relación, el apoyo y recabar la opinión de la otra en aquellos temas en que se considere necesario o conveniente. Se citan como ejemplo los siguientes:

  1. Se procurará mantener una comunicación fluida entre los máximos representantes de ambas entidades. Un clima de diálogo sincero y permanente es la mejor forma de evitar susceptibilidades y malos entendidos En este sentido se acuerda celebrar reuniones periódicas al máximo nivel (al menos una vez al año) de todos o parte de los cargos integrantes de la Comisión Permanente de FEREDE y de la Junta Directiva de la AEE.
  2. Se buscará la consulta mutua en cuestiones complejas y delicadas en las que la actuación de una de las entidades pueda implicar o afectar a los ministerios que la otra realiza. Se intentará converger en la medida de lo posible buscando la complicidad y respetando la pluralidad de opiniones que ciertos temas pudieran implicar. En último caso, las diferencias de opinión no sólo son legítimas, sino enriquecedoras siempre que se expresen desde el respeto.
  3. La emisión de comunicados conjuntos sería una excelente expresión de colaboración. D. La FEREDE invitará a la AEE a actos oficiales e institucionales al nivel de protocolo similar al de las grandes denominaciones evangélicas salvo que esto no sea posible por alguna razón justificada. Asimismo, la FEREDE será invitada a participar de manera oficial en los actos públicos de la AEE.
  4. Se trabajará para incrementar la información y el diálogo a distintos niveles entre ambas entidades.
  5. FEREDE pondrá este acuerdo en conocimiento de los organismos autónomos de FEREDE y Consejos Evangélicos Autonómicos para que actúen en consecuencia.

4.- Relación y cooperación en los medios de comunicación.

Se procurará que esta misma línea de cooperación y talante de respeto y reconocimiento

mutuo quede reflejado en los medios de comunicación vinculados a ambas entidades. A estos efectos se fijan los siguientes criterios:

  1. Ambas entidades informarán de las actividades relevantes de la otra y valorarán de forma activa y, siempre que se pueda, positivamente su trabajo en público.
  2. Se buscará cuidar al máximo los titulares para que se ajusten al contenido de las noticias que afecten a la otra entidad.
  3. Cuando alguna de las dos entidades vaya a publicar sobre algún tema relacionado con la otra,  se compromete a escuchar la opinión de la otra parte antes de hacerlo público.

5.-  Información sobre proyectos y posible participación en los mismos

Ambas entidades se comprometen a informarse de sus proyectos y no transmitir la idea de competición. En cualquier caso, y ante una situación que plantee alguna duda, se recomienda consultarse mutuamente y buscar en lo posible la participación de la otra en el proyecto que vaya a desarrollarse. Del mismo modo, se buscarán formulas de colaboración y participación en proyectos ya existentes de cada entidad, en especial cuando incida en el terreno de actividades impulsadas por la otra entidad, evitando duplicidad de iniciativas. Son gestos concretos de lo indicado anteriormente los siguientes ofrecimientos que cada parte realiza a la otra:

A.-  La AEE ofrece a FEREDE de manera libre y voluntaria:

     Que participe en el Observatorio Cívico Independiente (OCI) designado un representante en este organismo en calidad de vocal

     Que participe en Areópago Protestante como entidad asociada, con derecho a designar un vocal en la Junta Directiva de este órgano.

B.- La FEREDE ofrece a la AEE de manera libre y voluntaria:

    Que participe en Canal de Vida designado un representante en este organismo.

     Que participe en Red-fe como entidad asociada, con derecho a designar un representante en este proyecto.

     Que participe en la revisión y desarrollo de los libros de ERE designando revisores y consultores en este proyecto.

Estos acuerdos que se firmaron en Barcelona a 20 de enero de 2012 y fueron posteriormente ratificados por las respectivas Juntas, son una expresión del respeto mutuo y de  la comunión fraternal que ambas entidades desean mantener para edificación de las iglesias evangélicas en España y en beneficio del testimonio público de nuestra fe.

 

Daniel Rodríguez Ramos                                                                Amable Morales Díaz

Presidente FEREDE                                                                                 Presidente  AEE

Mariano Blázquez Burgo                                                                  Jaume Llenas Marín      

Secretario Ejecutivo FEREDE                                                                Secretario  General AEE

Carta global sobre la libertad de conciencia. Pacto Mundial sobre las Fes y la Libertad de Conciencia

Profundamente conscientes de las expectativas titánicas y el peligro de nuestro tiempo, en la medida en que las formas de interconexión global alcanzan una velocidad, una magnitud y una amplitud sin precedentes a lo largo de toda la tierra, emitimos y suscribimos esta Carta para hacer frente a un reto global importante, cuya resolución será decisiva para la causa de la civilización y el florecimiento humano. Abordamos los problemas urgentes originados por el desafío de “vivir con nuestras más  profundas  diferencias”  cuando  estas  diferencias  implican  creencias fundamentales, cosmovisiones y formas de vida y cuando se encuentran cada vez más dentro de simples comunidades, naciones y civilizaciones.

Nuestro propósito es establecer una visión de los derechos, las responsabilidades y el respeto que serán el fundamento de una “plaza pública global” civil y cosmopolita y los hábitos del corazón para aquellos que serán “ciudadanos del mundo” al mismo tiempo que patriotas en sus propios países, y así promover la causa de un “mundo bueno” y, por lo tanto, de la civilización global en contra de las fuerzas del caos mundial.

PRMBULO

Considerando que un rasgo fundamental de nuestra vida humana es el característico impulso en busca de sentido y pertenencia;

Considerando que para la mayoría de las personas a lo largo de la mayor parte de la historia,  y todavía  hoy, este  impulso  en  busca  de  sentido  y  pertenencia  ha  sido satisfecho mediante creencias y cosmovisiones fundamentales, ya sean sobrenaturales o laicas, trascendentes o naturalistas;

Considerando que las creencias y las cosmovisiones religiosas y naturalistas han inspirado algunos de los mejores y algunos de los peores comportamientos y actitudes humanos en toda la historia (los peores incluyen ejemplos terribles de prejuicios, odios, conflictos, persecuciones, censuras, represiones, crímenes contra la humanidad y genocidios que manchan las páginas del historial humano);

Considerando que el reto de vivir con nuestras más profundas diferencias ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad en la era moderna global, a causa del flujo de personas e ideas, y especialmente por el impacto de los medios de comunicación, los viajes y las migraciones de pueblos, de manera que ahora se dice que “todos son de todas partes” y tanto las diversas creencias como las cosmovisiones están en constante contacto e interdependencia;

Considerando que el mundo presencia dos tendencias opuestas, la revitalización y el crecimiento de la influencia política de las religiones, con el peligro de intentar retener la supremacía de una religión a expensas de las demás, y la expansión de las cosmovisiones naturalistas, con el mismo peligro de excluir todas las religiones de la vida pública y así favorecer una forma exclusiva de cosmovisión no religiosa; la consecuencia es que muchos de los acuerdos tradicionales sobre religión y vida pública muestran signos de tensión y necesitan negociarse de nuevo;

Considerando que muchas tendencias de la era moderna avanzada –tales como las comunicaciones globales, las migraciones, la diversidad multicultural y las revoluciones de la ciencia y la tecnología– indican que los temas éticamente conflictivos llevan camino de incrementarse más que de disminuir y de reclamar claros valores y sabias soluciones  que  trasciendan  los  conflictos  entre  las  religiones  y  cosmovisión  no religiosa;

Considerando que existe una grave conciencia del terrible fantasma de las armas de destrucción masiva en manos de violentos extremistas;

Considerando que hay líderes y personas en el mundo que ya sea en teoría o en la práctica todavía niegan la universalidad y la igualdad de los derechos humanos a todos los seres humanos;

Considerando que la idea de “la plaza pública”, donde los ciudadanos pueden reunirse para deliberar y decidir sobre las cuestiones de la vida pública común, ha sido durante mucho tiempo preciosa y vital para los pueblos que valoran la libertad y desean tener la responsabilidad de decidir sobre sus propias vidas y los asuntos políticos;

Considerando que las comunicaciones globales modernas, y sobre todo Internet, han ampliado la noción de vida pública y creado la posibilidad de una emergente “plaza pública global”;

Considerando que las creencias fundamentales de toda clase tienen un papel primordial y positivo en los diversos movimientos y organizaciones que representan la floreciente sociedad civil en todo el mundo;

Considerando que la dignidad humana, la justicia y el orden son las bases necesarias para las sociedades libres y pacíficas;

Considerando que la historia de las acciones humanas es la historia del conflicto entre el Derecho y la Fuerza y entre la Razón y la Conciencia por una parte y el Poder y el Interés por la otra;

Considerando que la Declaración Universal de los Derechos Humanos se ha convertido en la afirmación más influyente de derechos de la historia humana y, por lo tanto, en el paladín de la razón y la conciencia en la Era de los Derechos y en la larga lucha humana para conseguir la libertad, la justicia y la paz en la tierra;

DECLARACIÓN

Por consiguiente, establecemos las siguientes declaraciones sobre la libertad de conciencia, las fes, el civismo y la paz en la tierra, para complementar y apoyar sin reservas La Declaración Universal de Derechos Humanos (Asamblea de las Naciones Unidas, París, Diciembre 1948), y en particular apoyar el Artículo 18 de La Declaración Universal, que dice: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

La libertad fundamental

Artículo 1: La libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, que juntos pueden describirse como la libertad religiosa, es un derecho humano valioso, fundamental e inalienable: el derecho de adoptar, mantener, practicar libremente, compartir o cambiar las propias creencias, sujeto solamente a los dictados de la conciencia e independiente de todo elemento externo, especialmente del control gubernamental. Esta libertad incluye todas las creencias fundamentales y cosmovisiones, sean sobrenaturales o seculares, trascendentes o naturalistas.

Derecho intrínseco desde el nacimiento

Artículo 2: Este derecho de libertad de pensamiento, de conciencia y de religión es inherente a la humanidad y está enraizado en la inviolable dignidad de cada ser humano individual, en particular en calidad de la razón y la conciencia. Como derecho intrínseco desde el nacimiento, la libertad de conciencia es el derecho igual para todos los seres humanos con independencia de su religión, género, raza, clase, lengua, opiniones políticas o de otra clase, o nacionalidad, y sin tener en cuenta cualquier discapacidad física y mental y cualquier privación social, económica o educativa. La libertad de conciencia es el derecho de los creyentes, no de las creencias, y una protección para los seres humanos más que para las ideas.

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Ante el rescate del sistema financiero español

El Eurogrupo acaba de poner a disposición del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) 100.000 millones de euros. En su rueda de prensa el Sr. Ministro ha citado repetidas veces la palabra “transparencia” y, en efecto, la transparencia debe iluminar el trayecto que nos queda por delante.

Los antecedentes hasta aquí no son prometedores: hasta las vísperas el gobierno había venido insistiendo en que no pediría el rescate, y aún el mismo día en que lo pidió negó valerosamente que hubiese recibido presiones de la UE; quizás para demostrar su congruencia insistió en que no se trata de un rescate, sino de un préstamo, pero lo cierto es que no dejará de tener repercusiones sobre la población general. Mucho menos transparente ha sido la gestión de Bankia, el principal desencadenante de la situación, cuyos dirigentes, entre otras cosas, presentaron unos beneficios de 300 millones, cuando los datos reales revelan unas pérdidas de 23.500 millones.

En medio de esto, el responsable de la subcomisión parlamentaria del FROB es destituído (más confusión: se dice que en realidad había presentado la dimisión antes) por aventurar que el rescate no sería el apocalipsis. Y justamente apocalipsis es lo que necesitamos, apocalipsis en su sentido etimológico: “revelación”, porque es obligación moral y política del gobierno revelar la realidad con transparencia. De nada vale ocultársela a la población, esperando que pase la tormenta, con el pretexto de evitar la alarma, que ese parece el criterio de relación con la ciudadanía de los gobiernos de uno y otro signo. Fue esto lo que justificó la negación de la crisis por el anterior gobierno, sus “brotes verdes” y su afirmación de que el sistema financiero español era modelo para las naciones. Y es esta ocultación la que practican los responsables financieros, como el Sr. Rato, que hace sólo un mes decía que Bankia gozaba de robusta solvencia y liquidez.

TRANSPARENCIA

La transparencia exige explicar por qué hemos llegado hasta aquí, y lo sucedido en Bankia es fundamental en todo este proceso: su agujero supone más de la mitad de los 40.000 millones que hay que inyectar al sistema financiero español. Tenemos, por tanto, que conocer las causas reales que   han   originado   y   desarrollado   el   proceso   de   Bankia,   por   dos   motivos:   para   exigir responsabilidades y para evitar una repetición de lo sucedido, porque en realidad este caso es la repetición de otros agujeros en bancos, cajas, obra pública, etc, aunque este sea un socavón que nos arrastra a todos. Este país no puede acostumbrarse a tomar como inevitable tanto “imprevisto” agujero, que tanta corrupción ha escondido. 

Sin transparencia no hay confianza y la falta de confianza se paga con prima de riesgo; es fácil acusar a los mercados de especular con la deuda española exigiendo rentabilidades poco realistas, pero lo cierto es que su problema era que no se creían las cifras que daba España sobre la situación real de sus  administraciones  y  sus  bancos;  era  una  cuestión  de  décifit,  pero  déficit  sobre  todo  de credibilidad. No hay duda de que la prima de riesgo se reduce generando confianza, y ésta es imposible sin transparencia.

Pero hay otra razón más básica para actuar con transparencia: los gobernantes ejercen su función por delegación y, por tanto, tienen la obligación moral y política de rendir cuentas pormenorizadamente a la ciudadanía, informando con veracidad; no es una opción ni un gesto; es una obligación. En su momento aplaudimos desde la Alianza Evangélica Española la decisión del gobierno de desarrollar una Ley de Transparencia, una ley que aporta un plus de vigor, credibilidad y autoridad moral a la democracia española; no es congruente que se expongan así al público presupuestos, responsabilidades, funciones o  remuneraciones de la  administración pública y  se oculten actuaciones financieras y responsabilidades como las de Bankia, que tendrán profundas repercusiones en los bolsillos de todos nosotros.

ACCOUNTABILITY, CHECKS AND BALANCES

El sistema democrático surge de un sistema de valores y no puede desarrollarse sin ellos; de hecho la democracia ha de estar perfeccionándose y revitalizándose permanentemente retornando a esos valores; en caso contrario, siempre se reactiva el riesgo de la pérdida de democracia y la aparición de tendencias al autoritarismo. Un elemento fundamental del código de valores que sustenta a la democracia es la necesaria rendición de cuentas de quienes ejercen el poder ante los gobernados; en Europa y EEUU este criterio se desarrolló a partir de la cosmovisión protestante, que tan realistamente comprende que el ser humano tiende hacia el mal y, por tanto, tiende naturalmente al abuso de poder y a la corrupción; contra este riesgo, las sociedades protestantes desarrollaron el concepto de los checks and balances –el equilibrio y mutua vigilancia de todas las instancias de poder– y la accountability, la rendición de cuentas frecuente y pormenorizada de los gobernantes ante los gobernados. Sin rendición de cuentas la democracia se debilita y la autoridad moral del gobernante se convierte en puro poder político.

Y esto mismo se aplica a toda instancia de poder: las instancias financieras, cuando sus actuaciones afectan tan seriamente a la economía de todos, y específicamente cuando están intervenidas por el estado, como Bankia, deben rendir cuentas no sólo ante sus accionistas, sino ante los órganos de representación democrática. Las comparecencias de estos responsables ante comisiones del parlamento  son,  así,  mucho  más  natural  y  frecuentemente aceptadas  en  países  con  tradición protestante de accountability; a nadie se le ocurre aducir razones de supuesta alarma porque rendir cuentas refuerza a quien lo hace bien y descubre a quien tiene algo que ocultar. En este momento de crisis nuestro sistema democrático debe salir reforzado recurriendo a los fundamentos éticos de la democracia; de Europa no sólo debemos traer los dineros del rescate, sino también los mejores hábitos de los países con mayor tradición democrática, los de cultura protestante; en el caso actual debemos importar el hábito de la pormenorizada y frecuente rendición de cuentas.

La transparencia define la profundidad democrática de una sociedad y hay mecanismos para implementarla: uno es la garantía del imperio de la ley, y en este sentido aplaudimos la iniciativa del fiscal general –algo lenta– de investigar posibles delitos en la conformación y salida a bolsa de Bankia. Ahora  bien,  hay  actuaciones  que  pueden  ser  jurídicamente no  punibles, pero  moral  y políticamente inaceptables y  no  pueden quedar impunes; no  hay que salirse del  propio poder judicial: las liberalidades en los gastos del Sr. Dívar, presidente del CGPJ, pueden ser acordes con la legislación vigente, pero éticamente inaceptables.

RESPONSABILIDADES POLÍTICAS Y REPERCUSIÓN SOCIAL

En la gestión de Bankia hay que dirimir responsabilidades políticas y para eso está el parlamento. En   este   sentido,   no   puede   el   gobierno   español   prometer   transparencia   y   rechazar   la comparecencia de responsables del banco ante la subcomisión del FROB, que además se reunirá a puerta cerrada. Las razones aducidas de no crear alarma en los mercados han quedado ya liquidadas tras el rescate. ¿Qué razones creíbles hay ahora para negar luz y taquígrafos en el caso Bankia? Necesitamos ya que sean revelados los quiénes, cómo, por qué, para qué, cuánto, cuándo… Será bueno para tranquilizar y recuperar credibilidad ante los mercados, el Eurogrupo, el FMI, pero sobre todo ante la ciudadanía, que necesita saber. Es un deber ético y democrático del gobierno y del parlamento.

La población necesita además saber cómo le repercutirá el rescate. Seguramente es cierto que se ha negociado bien el préstamo europeo, con un interés muy bueno (3% frente al 6% que pagamos por la emisión de deuda), que se han limitado eficazmente los efectos sobre nuestra fiscalidad y nuestra macroeconomía, pero ese discurso tiene que ser creíble y para eso hay que revelar sin subterfugios las definitivas consecuencias que nos traerá: ¿afecta o no el rescate a la deuda del estado? ¿afecta o no al déficit? Parece que sí, porque el estado no dejará de ser el avalista del préstamo y porque los intereses pueden agravar el déficit público y esto afectará inevitablemente a los presupuestos.

Finalmente, ¿qué eficacia tiene el préstamo europeo sobre las familias y las empresas? Ya estamos muy suspicaces de tanto comprobar que la mala gestión de algunos bancarios la hemos pagado todos, convirtiendo deuda privada en pública; ya nos gustaría que la deuda hipotecaria de muchas familias desahuciadas se aliviase con una llegada al rescate como la del estado con Bankia   –hay antecedentes:  lo hizo el gobierno Bush con las familias endeudadas; en contraste, el 80% de las familias desahuciadas en Madrid lo han sido por Bankia–. Necesitamos tener la seguridad de que este préstamo no se consume equilibrando las cuentas de los bancos, sino se abre el flujo de préstamos para familias y empresas.

Necesitamos reajustar los objetivos, que el rescate de los bancos no se quede en los bancos, que los medios no se conviertan en fines. En diciembre, en un momento en el que todos insistían en las medidas de control presupuestario, la Alianza propuso que se considerasen también medidas de crecimiento y generación de empleo1. Análogamente, también ahora reclamamos que no sólo nos aseguremos de que se cumplan los criterios del Eurogrupo y el FMI para recibir el préstamo, sino que los bancos suelten lo que han recibido y abran el crédito a empresas y familias; este debe ser el objetivo final y prioritario. El Sr. de Guindos así lo ha prometido. Le creeremos si nos asegura un flujo constante de información transparente; su partido tiene una oportunidad inmejorable con la comisión investigadora de Bankia.

Equipo de Autorización

AEE y UME ante el Proyecto de Ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida

Recibimos desde el Gobierno el anteproyecto de la Ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida para nuestra valoración, antes de su paso al Parlamento, para que les remitiésemos nuestra opinión y posibles propuestas, algo que realizamos en el plazo solicitado por parte de un grupo de profesionales expertos en esta área desde diferentes perspectivas (jurídica, ética, sanitaria). Agradecemos al Gobierno haber querido contar con nuestra opinión, que indirectamente recoge la postura protestante europea y mundial que representa nuestra participación activa en las Alianzas Evangélicas respectivas.

No hemos hecho ninguna manifestación externa a la espera de que el texto definitivo del Proyecto de Ley pasase al Parlamento, algo que ya ha ocurrido, por lo que pasamos a una valoración pública del mismo.

VALORACIÓN DEL PROYECTO DE LEY

La atención a las personas en el proceso del morir es una obligación ética que debe ser satisfecha tanto por los poderes y administraciones públicas, como por los propios profesionales sanitarios. Por ello, consideramos que la regulación legal de los cuidados paliativos puede ser  de  ayuda para garantizar en  este momento vital de  la  persona una atención acorde a su dignidad inherente.

En este sentido, celebramos la iniciativa del Gobierno de España en cuanto a manifestación de sensibilidad a la situación del enfermo al final de la vida y terminal, y de su familia, valorando positivamente las opciones de cuidados paliativos en el domicilio del paciente, el acompañamiento de familiares y la atención espiritual en el centro sanitario, aspectos que, por otra parte, no hacen necesaria en sí mismos una nueva Ley.

Sin embargo, hemos de manifestar nuestra posición discordante con el Proyecto de Ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida por las siguientes razones:

  1. En primer lugar, y en cuanto a la oportunidad de la Ley, no vemos la necesidad de la misma,  ya  que  aquellos  aspectos  novedosos  y/o  positivos  que  recoge  se  podrían  haber aplicado sin realizarla.                                                                                                                                                                                                          Lo anterior no es óbice para reconocer la existencia de algunos aspectos positivos como la prohibición del encarnizamiento terapéutico o el énfasis en la importancia del testamento vital.
  2. Echamos en  falta  una mayor definición de  la  necesidad de  formación en  cuidados paliativos de los profesionales sanitarios que atienden a las personas en el proceso del morir.
  3. Se aprecia en el Proyecto de Ley una indefinición en el uso de algunos términos. Así, cuando se habla del pronóstico de supervivencia de un paciente en situación terminal se hace de modo impreciso –semanas o meses–, no atendiendo así a lo recogido por respetadas sociedades científicas, como la SECPAL, que establecen un plazo de supervivencia no superior a seis meses para los pacientes en situación terminal. Esta cuestión es importante, ya que la redacción que contiene el Proyecto de Ley genera incertidumbres respecto al paciente que es -o puede ser- sujeto de los derechos contenidos en esta norma.
  4. En relación al consentimiento de los menores de más de dieciséis años y menores emancipados, y tomando en consideración que estamos ante una propuesta normativa que permite a un paciente rechazar un tratamiento o suspender uno ya iniciado, habría sido necesario  introducir en la norma la consulta preceptiva a los padres, de modo que estos, sin menoscabo del  respeto  de  los  derechos  personalísimos del  hijo,  puedan  ser  parte  en  el proceso de toma de decisiones, habida cuenta del importante papel de acompañamiento y cuidado que van a desempeñar en la mayoría de los casos.
  5.  Constatamos como algo claramente negativo la ausencia e incluso eliminación de la lex artis en la actuación médica en el proceso de atención al enfermo en situación terminal. 

Sin perjuicio del debido respeto a  la  autonomía del paciente, prescindir del juicio clínico emitido para un caso concreto es una puerta abierta a situaciones en las que la decisión de la actuación médica deba estar sometida a lo que el paciente quiera decidir, incluso si está en contra de la mencionada lex artis, lo que resulta en una contradicción ética, ya que una malapraxis   nunca   queda   legitimada   por   el   consentimiento   del   paciente.   En   estas circunstancias, resulta además evidente la necesidad de articular el derecho a la objeción de conciencia por parte del profesional, derecho que el proyecto no contempla.

6.En el mismo sentido anterior, consideramos alarmante e inadecuada la propuesta que contiene el proyecto dirigida a suprimir el inciso tercero del artículo 11 de la Ley 41/2002 reguladora de la autonomía del paciente, que declaraba la nulidad de las instrucciones previas que fueran contrarias a ordenamiento jurídico, a la «lex artis», y las que no se correspondan con el supuesto de hecho que el interesado haya previsto en el momento de manifestarlas.

La  supresión  de  esta  norma  pondría  a  los  profesionales  en  la  tesitura  de  obedecer instrucciones previas contrarias a la buena praxis, o que no responden a lo que la persona, cuando todavía podía decidir, había escogido para el final de su vida.

7.  Finalmente, la regulación que hace el proyecto del derecho al tratamiento del dolor es contradictoriamente imprecisa y reduccionista.

Imprecisa,  porque  su  redacción  no  aporta  nada  que  no  se  haga  actualmente  desde  las unidades  de  cuidados  paliativos:  enfoque integral,  prevención y  alivio  de  su  sufrimiento, identificación temprana y evaluación y tratamiento del dolor y de otros problemas físicos y psíquicos que pudieran surgir.

Reduccionista, porque de entre todo lo que significa una atención realmente integral al paciente en situación terminal y a su familia –que no puede quedarse fuera en este proceso–, destaca la sedación paliativa, desoyendo, también aquí, a las sociedades profesionales que han descrito (con apoyo abundante en evidencia científica) todas las posibles acciones que conllevan un adecuado control de dolor tanto físico como psicológico y las medidas de confort que son necesarias.

Todo  ello  pone  de  manifiesto,  una  vez  más,  la  inadecuación de  la  Ley  para  regular  la prestación de cuidados paliativos y la protección de los derechos de los pacientes en situación terminal.

8.- Por todo lo anterior, por la premura en la elaboración de la Ley sin un auténtico debate social, y por los aspectos negativos mencionados, consideramos que este Proyecto debe ser retirado y reevaluado.

Equipo de Autorización

Actos públicos y símbolos religiosos

Ante el actual debate acerca de la presencia de los símbolos religiosos en los actos oficiales, así como el inminente debate en  el  Congreso  de  los  diputados  de  los  acuerdos  entre  el Estado español y el Estado del Vaticano, como Alianza Evangélica Española queremos aportar nuestro punto de vista dentro de la perspectiva protestante a estos temas con los siguientes puntos y propuesta.

1.- Símbolos religiosos en actos públicos

Creemos que las ceremonias oficiales de entidades o instituciones públicas en España deberían carecer de símbolos religiosos, ya que el compromiso,  promesas o ceremonia se realizan desde la base de ser parte de la ciudadanía española, la Constitución, y en la esfera de lo común y no de la fe personal de la persona que participa.

Junto a esto, creemos que las ceremonias públicas (ceremonias de Estado y otras similares) como regla no deberían tener un carácter religioso y menos de tipo “monocolor” confesional. Hablamos de norma general por que por las mismas razones expuesta en el párrafo anterior deben carecer de contenido religioso. Pero si se decidiere excepcionalmente que lo tuviese (algo que debería restringirse a situaciones muy concretas y especiales, como fue tras el 11M, por poner un caso concreto, en el que con fallecidos de diferentes confesiones tristemente se realizó una ceremonia de Estado católica) deberían responder a las circunstancias específicas y concretas del acto sin que tenga a priori una confesionalidad concreta salvo la que requiera el contenido del propio acto.

Por las mismas razones, se debería asegurar que las instalaciones para uso religioso de carácter público no sean de carácter monoconfesional y estén adecuadas para su uso por cualquier creencia o confesión religiosa (en especial los símbolos religiosos, que deberían ser movibles, y estar a disposición de cualquier confesión, o ausentes si así lo prefiriesen los oficiantes). En concreto las capillas de cárceles, hospitales, aeropuertos, y cementerios de titularidad pública deberían cumplir este requisito.

2.- Acuerdos España-Vaticano 

La Constitución de 1978 incluyó en su redacción una referencia explícita a la Iglesia Católica que se podía explicar por la coyuntura histórica del momento y la voluntad de hacer una transición suave hacia la reforma democrática haciendo concesiones a instancias de poder y privilegios que parecían entonces intocables. Todos concordamos en que la actual situación política y social es totalmente diferente y, si hubiese que redactar esa misma constitución hoy, habría un consenso mayoritario a favor de prescindir de esa referencia explícita a la Iglesia Católica; por tanto, consideramos que así se debe hacer en el momento en el que se considere oportuno abordar la necesaria reforma de la Constitución.

También, aunque entendemos la enorme dificultad que conlleva, consideramos que es una atentado contra la libertad religiosa la existencia de unos Acuerdos entre un Gobierno democrático como el Español –heredados de un Gobierno autocrático- con un Estado extranjero (el Vaticano) por el que se confieren determinadas ventajas legales a las instituciones religiosas y ciudadanos españoles que se declaren afines y dependientes del estado extranjero. Es sin duda una deuda que debe terminar en algún momento por las injusticias morales y sociales al amparo de la legalidad de los Acuerdos.

Si no es posible anularlos, al menos deberían modificarse sustancialmente. Hay que abordar la renegociación de esos acuerdos o en su caso replantearse la necesidad de su continuidad.

3.- Propuestas

1. Creemos  que  las  ceremonias  oficiales  de  entidades  o  instituciones  públicas  en España deberían carecer de símbolos religiosos, ya que el compromiso,   promesas o ceremonia se realizan desde la base de la ciudadanía española, la Constitución, y en la esfera de lo común y no de la fe personal de la persona que participa.

Junto a esto, creemos que las ceremonias públicas (ceremonias de Estado y otras similares) no deberían tener un carácter religioso salvo situaciones muy excepcionales, y en este último caso nunca con un carácter “monocolor”.

Se debería también asegurar que las instalaciones para uso religioso de carácter público no sean de carácter monoconfesional y estén adecuadas para su uso por cualquier creencia o confesión religiosa (en especial los símbolos religiosos). En concreto las capillas de cárceles, hospitales, aeropuertos, y cementerios de titularidad pública deberían cumplir este requisito.

2.  La Constitución española debería excluir en su redacción la referencia explícita a la

Iglesia Católica (y por supuesto a cualquier confesión religiosa concreta).

3. Si no fuese posible la anulación de los Acuerdos Estado español-Estado Vaticano se debería realizar una profunda remodelación de los mismos

4. Es necesario aprobar una ley para las instituciones, organismos y cargos públicos que regule la neutralidad religiosa en participaciones oficiales. Los cargos públicos y las instituciones deben practicar una actuación neutral en su participación en la vida pública. Sólo de esta manera se asegura la pluralidad religiosa.

5Promover la aprobación una ley común de entidades religiosas que regule los derechos y obligaciones de todas las confesiones.

 

Equipo de Autorización

Una ética para el cristiano en la vida pública: acercamiento a la práctica sociopolítica de la AEE

PREÁMBULO 

«Afirmamos que debemos mostrar el amor de Dios de manera visible, atendiendo a los que están privados de justicia, dignidad, alimento y techo.

 Afirmamos que la proclamación del Reino de Dios de toda justicia y paz, exige la denuncia  de   toda  injusticia  y   opresión,  tanto  personal  como  estructural;  no rehuiremos este testimonio profético”. (El anifiesto de Manila, afirmaciones 8 y 9).

Confesamos que decimos fácilmente que amamos la Biblia, sin amar la vida que ella enseña: la vida de esforzada obediencia práctica a Dios a través de Cristo. Sin embargo, “no hay nada que con mayor elocuencia respalde el evangelio que una vida transformada… Se nos ha ordenado comportarnos de una manera digna del evangelio de Cristo, y aun ‘adornarlo’ resaltando su belleza por medio de vidas santas”. (La Confesión de Fe de Ciudad del Cabo, artículo 6-D).

La Alianza Evangélica Europea (EEA) apoya sin reservas estas tres afirmaciones, así como   los apartados 5 y 13 del Pacto de Lausana sobre  “Responsabilidad Social Cristiana” y  “Libertad  y  Persecución” (ver  apéndice  1).  La  EEA  cree  que  no  hay rivalidad entre el evangelismo y la responsabilidad social. Cualquier debate en esta línea refleja un dualismo antibíblico entre cuerpo y alma, la vida en este mundo y la vida en el Cielo. Puesto que Jesús predicó y sirvió, nosotros también  somos llamados tanto a proclamar como a ser Buenas Nuevas. Las palabras solas no bastan porque el mandamiento  de  Jesús  “Ama  a  tu  prójimo”  tiene  unas  inmensas  implicaciones sociales y políticas.

La demostración visible del carácter y los valores de Dios es fundamental para la fe cristiana; apunta al Reino de Cristo en la tierra y nos reta a reflejar a Cristo el Rey. El pueblo cristiano está llamado a imitar a Cristo mediante acciones que reflejen la profunda preocupación de Jesús por la persona en su totalidad (cuerpo, mente y espíritu) y por toda la comunidad humana.

Encarnar el carácter de Dios y ser embajadores de Cristo son tareas difíciles, imposibles de realizar desde el punto de vista humano. Por consiguiente, reconocemos y confesamos nuestra incapacidad para cumplirlas, pero contamos y confiamos en la suficiencia de la gracia de Cristo y en el poder del Espíritu Santo. Estos son nuestros recursos sobrenaturales.

Somos llamados a realizar esta tarea no sólo de forma individual, dependiendo de esfuerzos personales, sino como un cuerpo porque Cristo mismo ha escogido tener una presencia visible en la tierra a través de su Iglesia. Mediante este cuerpo visible El continúa hoy su obra de reconciliación, de justicia y de paz en el mundo.

LOS PILARES 

La EEA cree que la acción socio-política del cristiano debería estar profundamente arraigada en  la  totalidad de  la Escritura, con un  énfasis especial en  la  vida y  el ministerio de nuestro Señor Jesucristo. Cuando miramos con atención a Jesús como modelo, descubrimos cinco pilares en los cuales quiere apoyarse la EEA.

Al involucrarnos en la esfera pública, nuestro objetivo es seguir los siguientes principios bíblicos:

1 Ser como Cristo

“Puestos los  ojos en  Jesús… corramos con  paciencia la  carrera que  tenemos por delante” (Hebreos 12:2)

Porque Cristo es la visible “imagen del Dios invisible” (Col. 1:15), El se convierte en nuestro modelo supremo en todas las áreas de la vida y nos llama a ser “hechos conformes a la imagen de su Hijo” (Rom. 8:29).  En el contexto del espacio público, necesitamos imitar a Cristo sobretodo en:

Su  total  dependencia  de  Dios  mediante  la  oración.  La  oración  es  crucial porque a través de ella Cristo nos capacita dando sentido y valor al esfuerzo humano. “Permaneced en mí, y yo en vosotros….tampoco vosotros podéis dar fruto si no permanecéis en mí” (Juan 15:4-5). Llama la atención cómo en los momentos  difíciles, Jesús se retiraba a lugares solitarios y oraba (Lucas 5:15-

16). La renovación de nuestra visión y fuerzas procede, ante todo, de una relación personal con El.

Su amor, incondicional y de una gran amplitud, sin discriminación alguna. Amó a los marginados e incluso a sus enemigos con el amor ágape que no requiere sentimientos positivos previos. Amó sin tener en cuenta el resultado de su amor. Él amó primero; siempre dio el primer paso y nos llama también nosotros a tomar la iniciativa: “Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esto es el resumen de la Ley y los Profetas” (Mt. 7:12, texto conocido como “La Regla de oro”)

Su misericordia y compasión. No dejaba de lado la gracia ni se llenaba de ira al hablar de moral o al relacionarse con los pecadores. En todas sus relaciones, incluso en la controversia o en el desacuerdo, Jesús reflejaba  gracia, tratando a todos con dignidad. Jesús llama a sus seguidores a hacer lo mismo: “Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia” (Mat.

5:7). La gracia es una de las características más distintivas de la comunidad cristiana.  Nuestras  relaciones  con  los  políticos  deberían  ser  más  para bendecirles que para “utilizarles”.

Su justicia y su rechazo del pecado, el conflicto y la opresión. En la Cruz, Dios revela tanto su amor como su justicia. El Evangelio no es únicamente buenas noticias de amor, sino también de justicia (Is. 42:1,4,7; Luc. 4:17-19). “Bienaventurados los  que    tienen  hambre  y  sed  de  justicia”  afirmó  Jesús claramente en una de las bienaventuranzas (Mt. 5:6). La justicia bíblica, no obstante,   es más que un asunto privado y personal:   incluye también la justicia social, como se declara reiteradamente en la ley y los profetas (Miq.

6:8).

Su pureza en todas las áreas de la vida, incluída la lengua. Decir la verdad, rechazar la mentira y la calumnia (Mt. 5:34,37), bendecir y no maldecir (Luc.

6:28),  resistir  firmemente cualquier  forma  de  corrupción (Luc.  3:14)  y  de hipocresía (Mt. 6:16-18; Mt. 23:23-36) fueron rasgos distintivos de su enseñanza y de su comportamiento. “Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios” (Mt. 5:8).

Su carácter de siervo. Desde su nacimiento hasta su muerte, tuvo el espíritu de siervo, rechazando toda forma de poder humano (Is. 42:1; Fil. 2:7). La única vez que Jesús explícitamente afirmó “Aprended de mí” aludió precisamente a la necesidad de ser “manso y humilde de corazón” (Mat. 11:29). Resumió la esencia de su carácter en estas dos cualidades, mansedumbre y humildad. Su liderazgo y autoridad surgieron de su espíritu de servicio, no de su fuerza humana o de su poder (Juan 13:15-16). Su anhelo no fue el poder, sino el poder servir (Mt. 20:28)

Su valentía para obedecer y someterse a la voluntad de Dios hasta las últimas consecuencias.  Esta  valentía  le  llevó  a  rechazar     cualquier  concesión  o “negociación”  cuando  Satanás  le  tentó  (Mt.  4:1-11;  Luc.  23:36-39)    y  le permitió afrontar la forma más cruel de muerte, la cruz (Fil. 2:8).  No vemos el menor indicio de cobardía en El.  “…Por eso puse mi rostro como un pedernal y sé que no seré avergonzado ” (Is. 50:7).    “El, con determinación, afirmó su rostro para ir a Jerusalén” (Luc. 9:51).

Jesús, ungido con el Espíritu Santo y con poder, anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos…porque Dios estaba con El” (Hch. 10:38). ¡Qué asombroso resumen!

El ser como Cristo en todas las circunstancias no es una opción, sino un deber: “Os he dado ejemplo, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis” (Juan 13:15). Los discípulos de Jesús deben mostrar el carácter de su Maestro. Jesús es el modelo para todos los creyentes y en todas las etapas de la vida, independientemente del contexto cultural o el tipo de ministerio: “Para este propósito habéis sido llamados… dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas” (1 Pedro 2:21).

2 Ser celosos por el honor de Cristo y la promoción del Evangelio en todo momento

“Padre, yo te he glorificado en la tierra…” (Juan 17:4)  “Desde Jerusalén y por los alrededores hasta el Ilírico, todo lo he llenado del Evangelio de Cristo” (Rom. 15:19)

De la misma forma que Jesús se preocupaba por la gloria del Padre, la gloria de Cristo debe  ser  también  nuestra  principal  motivación  (Ef.  1:12,14).  Deberíamos  ser “celosos” por el honor de su nombre (1 Cor. 10:31; Hch. 22:3). La determinación y la promesa de Dios con respecto a la futura gloria de su Hijo también debe ser la nuestra: “…  para  que en  el  nombre de  Jesús toda  rodilla se  doble, toda  lengua confiese… para la gloria de Dios Padre” (Fil. 2:10-11), “El más elevado de los motivos de  cualquier misionero no  es  ni  la  obediencia a  la  Gran  Comisión (que  es  muy importante) ni el amor por los pecadores[…] sino el celo ardiente y un apasionado entusiasmo por la gloria de Jesucristo” (John Stott).

Para realizar bien esta tarea necesitamos:

Humildad. Ser conscientes de “la viga en nuestro propio ojo” (Mt. 7:3) nos previene de la autosuficiencia y nos hace depender por completo de la capacitación del Espíritu Santo. Ningún ser humano puede hablar entera y perfectamente por Cristo porque El está más allá del conocimiento limitado de cualquier persona. A veces los cristianos en la arena socio-polítíca nos arriesgamos a dañar la reputación de Cristo y la propagación de las Buenas Nuevas con palabras o actos inadecuados.

Motivaciones  limpias.  Podemos  descubrir  motivaciones  egoístas  ocultas incluso en el servicio cristiano, como nos advierte Pablo: “Porque todos buscan sus propios intereses, no los de Cristo Jesús” (Fil. 2:21). Nuestro mayor anhelo al servir en la esfera pública debe centrarse en los “intereses” de Jesucristo y no en buscar nuestra propia gloria. Jesús dijo acerca de su ministerio: “El que habla de sí mismo busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero” (Juan 7:18). Necesitamos pedir como el salmista: “¿Quién puede discernir sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos” (Salmo 19:12).

Gozo. Es el gozo que surge de hacer la obra del Padre y   glorificarle (Juan

17:4). Es un gozo que no depende de  victorias humanas, de nuestros logros, sino de la firme convicción de que Cristo es ya el vencedor y un día gobernará sobre toda la Tierra (Fil. 2:9-11). Es un gozo que nos libera del estrés de los resultados visibles  o  de  una  sensación  de  fracaso  cuando  no  alcanzamos nuestros objetivos. Este gozo hace que nuestra tarea no  sea una carga a soportar sino un placer a disfrutar.

Somos llamados a “aprovechar bien las oportunidades” (Ef. 5:15-16) en el ámbito público, recordando el valor esencial de la oración a fin de que “pueda dar a conocer con denuedo (sin temor) el misterio del Evangelio, como debo hacer” (Ef. 6:19-20).

3 Ser agentes de transformación espiritual y social 

“Resplandecéis como luminares, irreprensibles y sencillos…sin mancha en medio de una generación torcida y perversa…” (Fil. 2:15).

“Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas  obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt. 5:16).

No somos del mundo, pero hemos sido enviados al mundo (Juan 17:16-18) con un claro propósito: “ser sal y  luz” (Mt. 5:13-14). La sal evita la corrupción, la luz ilumina y guía a la verdad. La transformación espiritual y social es el resultado natural de reflejar el carácter de Jesús en todas las áreas de la vida. Es así como los primeros cristianos “pusieron el mundo al revés” (Hch.17:6). El ser como Cristo constituye una fuerza transformadora muy poderosa y  se convierte en el  mejor testimonio que podemos dar al mundo”(Juan 13:34-35; Hch. 4:13).

La EEA cree que únicamente el retorno de Jesús en gloria proclamará el fin de la batalla contra el mal y permitirá el establecimiento de una sociedad perfecta. No obstante, la EEA está convencida de que, mientras no llega ese día,  el pueblo de Dios está llamado a ser sal y luz, y hará todo lo posible para detener la decadencia, desenmascarar la injusticia y aportar, en su lugar, sabor y esperanza a la vida.

Resplandecer como luminares -ser la luz del mundo- implica visibilidad. Jesús mismo nos advierte de un error bastante común: “una lámpara no se enciende y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa” (Mt. 5:15). No podemos escondernos de nuestras responsabilidades públicas y sociales porque no somos llamados a aislarnos en un refugio seguro sólo suspirando por Jerusalén, sino a florecer en Babilonia.

Para cumplir esto necesitamos:

Construir  puentes:  cultivar   relaciones.  Jesús   estuvo  siempre  abierto  a relacionarse  (la  interelación  es  uno  de  los  rasgos  de  la    Trinidad).  El  se relacionó con toda clase de personas “en el mundo”, construyendo fuertes vínculos donde la gracia, el amor, la confianza y la fidelidad eran primordiales. La  participación política  se  realiza  mejor  desde  una  perspectiva relacional donde surgen los puentes necesarios para el diálogo.

Ser radicales y equilibrados al mismo tiempo. Es posible ser radical sin ser extremista. Jesús fue radical porque profundizó en las raíces (de ahí la palabra radical)  de  cada  persona  y  de  cada  situación,  aunque  fue  siempre  un paradigma de equilibrio y autocontrol.

Ser mensajeros de esperanza. En el espacio público, los cristianos no siempre han llevado esperanza. La esperanza del Evangelio -una esperanza que no es utopía- constituye una de las contribuciones más positivas y distintivas que podemos hacer en una sociedad frustrada -vacía- y frustrante.

Somos conscientes de que el Evangelio no es simplemente un mensaje de mejoría social; pero las buenas nuevas de salvación encarnadas por Jesús tienen profundas implicaciones sociales. Jesús, citando uno de los cánticos proféticos de Isaías, dice de sí mismo : “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos; para proclamar el año favorable del Señor” (Luc. 4:18-19).

Estas palabras de Jesús nos muestran cómo la vocación a ser agentes de transformación social y espiritual está fuertemente arraigada también en el Antiguo Testamento. La enseñanza de la Ley y los Profetas pone énfasis en la asistencia a los pobres y a los extranjeros (Lev. 19:9, 10, 13, 15; Deut. 15:7-18; 24:17); expresa, asimismo,  una gran preocupación por la familia y las relaciones sociales, la salud, la violencia, etc.  Igualmente, las  frecuentes llamadas  de  los  profetas a  favor  de  la justicia y la paz, sus abiertas denuncias contra la opresión y todas las formas de pecados sociales, nos recuerdan las dimensiones socio- políticas de la totalidad de la Palabra y la obra de Dios en este mundo.

Reconocemos, por tanto, que toda la Escritura es pertinente para todas las áreas de la vida (en el apéndice 2 podemos ver ejemplos de las  diversas esferas de la sociedad donde se manifiesta esta relevancia del Evangelio hoy en día). La vida abundante que Jesús ofrece (Juan 10:10) es aplicable no sólo a nuestro futuro en el Cielo, sino también a nuestra vida presente.

El registro histórico demuestra que la transformación social gracias a   la influencia cristiana ha sido una realidad en la sociedad europea a través de los siglos. Los siguientes son tan sólo unos pocos ejemplos, entre cientos, del poder transformador del Evangelio:

Jan Amos Comenius de Bohemia, siglo XVII, cambió profundamente la manera de educar a los niños. Elizabeth Fry de Gran Bretaña, siglo XIX, jugó un papel decisivo en la mejora del trato que se daba a los presos, cambio que fue para siempre. El trabajo de Josephine Butler de Gran Bretaña, siglo XIX, pionera en promover leyes para impedir la explotación sexual de los niños y salvaguardar unos derechos mínimos para las prostitutas. Friedrich Wilhelm Raiffeisen de Alemania, siglo XIX, impulsó un sistema cooperativo de banca para miles de granjeros pobres. Groen van Prinsterer en Holanda combinó su enorme confianza en la verdad del Evangelio con su carrera política; fue una de las personas que lideraron el “Réveil” (Avivamiento) en Europa Occidental en la segunda mitad del siglo XIX. El “Réveil” tuvo mucha influencia en el establecimiento de la Alianza Evangélica en diferentes partes de Europa. Henri Dunand, conocido por ser el fundador de la Cruz Roja, fue también secretario general de la Alianza Evangélica en Suiza. Un caso notable es el de William Wilberforce (1759-1833)  que  consiguió  la  abolición  de  la  esclavitud en  Inglaterra.  Todos  ellos  nos dejaron un gran ejemplo   del potencial que un cristiano puede tener en el ámbito político.

La EEA da gracias a Dios por los innumerables cristianos en todas las profesiones, tales como políticos, funcionarios públicos, periodistas, educadores, promotores de campañas, empresarios, médicos y otros que buscan seguir también hoy los pasos de estos modelos históricos.

4 Decir “no” cuando es necesario: el lugar y la necesidad para la discrepancia y la controversia

“Has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro…” (Daniel 3:18)

Cuando intentamos ser como Cristo en la sociedad, habrá situaciones en las que necesitemos poner límites y decir “no”. En tales casos el desacuerdo y la confrontación no son una opción sino un deber. Por esta razón necesitamos abordar las diferencias políticas y la controversia de una forma distintiva, propia del seguidor de Cristo. Aprendemos de la Escritura que:

La controversia no es intrínsecamente mala. Jesús y los Apóstoles no dudaron en entrar en controversia cuando se trataba de asuntos de fe importantes. Mateo 15:1-20 es un ejemplo y Gálatas 2:11-21 es otro. Al mismo tiempo, la controversia también tiene sus peligros (2ª Tim 2: 16,23).  Una manera en que podemos identificar la forma errónea de controversia es porque da un pobre testimonio al mundo: ‘¡Mirad aquellos cristianos cómo se odian unos a otros!’.

La controversia es inevitable cuando los cristianos participan en la política. No podemos separar la fe y la política como algunos sugieren, pero lo cierto es que son socios incómodos y la historia revela muchos ejemplos. Por desgracia, no en todos los casos se peleó sólo con palabras. Si Cristo es nuestra primera lealtad, la discrepancia tarde o temprano aparecerá: “Vosotros mismos juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios” (Hch. 4:19).

Las relaciones son un elemento crucial para manejar la controversia en la esfera socio-política. Si discrepo de mi oponente, debo intentar establecer (o re-establecer) una relación con él a fin de comprender el asunto en cuestión desde su perspectiva. El amor, la gracia y la humildad de Cristo deben ser lo primordial en cualquier relación polémica.

Usa un lenguaje moderado y evita los ataques personales. La mansedumbre es esencial en la discrepancia (2 Tim 2: 24-25, 1ª Ped. 3:15). Dios es “lento en la ira” y nosotros hemos de   ser igual. En las ocasiones cuando Jesús tuvo controversias, su objetivo no era derrotar a un oponente sino acercarse a un prójimo. La persuasión y la convicción son herramientas mucho mejores que una defensa agresiva de argumentos (ver como actuaba Pablo en Hch. 17:2; 18:4; 26:28; 28:23)

En cualquier controversia, Jesús nos llama a ser pacificadores. En realidad, el ser pacificador forma parte de la identidad básica de sus discípulos: “Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt. 5:9). Debemos aspirar a traer la paz en cada situación y relación “si es posible, en cuanto dependa de nosotros ” (Rom. 12:18).

En la controversia, lo que está en juego no son nuestros puntos de vista personales sino la defensa, la confirmación y el progreso del Evangelio(Fil.

1:7, 12, 17). El punto límite tiene que ser la fidelidad a Cristo. Es fácil pensar que lo que nos enoja a nosotros también es ofensivo para El y así, sin darnos cuenta, las controversias se pueden  convertir en cuestiones de fidelidad para con nuestras propias opiniones.

El llamamiento de Cristo a proclamar y vivir el Evangelio, combatir la injusticia y luchar por la libertad puede acarrear toda clase de antagonismos y persecución. La Iglesia perseguida no es un vestigio de siglos pasados, sino una realidad hoy en día, incluso en  varios  países  europeos que  están  vinculados o  afiliados a  la  EEA.  En Apocalipsis 12 y 13 vemos como ideologías del mal y poderes políticos impíos se levantan para oprimir a la Iglesia, pero también vemos cómo “nuestros hermanos…vencieron el mal por medio de la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio; y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte” (Ap. 12:10-11).

5 Bien arraigados en la sabiduría de la Escritura

“Yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas” (Mt. 10:16).

Las enseñanzas de Jesús estaban llenas de sabiduría para la vida cotidiana. Su vida entera reflejó la sabiduría que brota del “temor del Señor” (Prov. 1:7). Cuando envió a los doce “al mundo”, les dio varias instrucciones prácticas (Mt. 10) que son útiles para nosotros puesto que también somos “enviados al mundo” de la esfera pública.

Su consejo para ser “astutos como serpientes e inocentes como   palomas” puede aplicarse en las siguientes áreas:

La profesionalidad y la verdad. Los cristianos basan sus ideas y sus objetivos políticos en  la  verdad bíblica, teniendo cuidado de  no  utilizar la  Escritura simplemente para confirmar sus ideas preconcebidas.   Igualmente deberían basar sus acciones políticas en lo que es verídico, sin creer en meros rumores ni tomar atajos para hacer el análisis o el seguimiento de  los asuntos. La EEA no espera que los políticos escuchen su voz simplemente  porque  representa a millones de individuos y miles de iglesias. Lo que sí desea es que la escuchen cuando tenga una contribución relevante que hacer en el debate político y cuando estas ideas se presentan de una forma profesional.

La independencia política. Jesús fue político (en el sentido de su     presencia pública ya descrita), pero se mantuvo al margen de las estructuras políticas: “Mi Reino no es de este mundo”  afirmó claramente (Juan 18:36). Nunca trató de influir en la política del César ni en la de Pilato y rehusó activamente ejercer una carrera política: “Jesús, dándose cuenta de que iban a venir y llevárselo por la fuerza para hacerle rey, se retiró otra vez al monte El solo” (Juan 6:14-15). Las preocupaciones de Cristo trascienden las etiquetas de “izquierda” y “derecha”. No existe ningún partido político que sea infalible. Los cristianos, individualmente, pueden, y posiblemente debieran, unirse a los partidos políticos y ejercer una influencia positiva dentro de ellos. No obstante, la EEA cree que las Iglesias y las Alianzas Evangélicas deben ser independientes de los partidos políticos y de los gobiernos, cumpliendo una responsabilidad bíblica y constitucional de participar en el proceso democrático, procurando persuadir a la sociedad de que los valores de Dios son los mejores para todos.

El   apoyo   de   la   Iglesia.   Independencia,   sin   embargo,       no   significa individualismo (como declaramos en el preámbulo). Creemos firmemente en el valor clave del trabajo en equipo por cuanto“estamos firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del Evangelio” (Fil. 1:27). La Iglesia puede tener una contribución propia y positva en la política (no se trata de proclamar sólo lo que no se debe hacer) mediante la enseñanza, la promoción de la reconciliación y  la oración. También es tarea de la Iglesia apoyar y discipular a los miembros que estén implicados en labores socio-políticas. Por encima de todo, la Iglesia debe no sólo predicar la unidad, sino encarnar la unidad. La unidad de la Iglesia es primordial para realizar nuestra tarea (Juan 17:21; 1Juan 4:12).

La  responsabilidad:  rendir  cuentas.  Entrar  en  el  ámbito  público  como cristianos es una vocación difícil. Una salvaguarda útil es rendir cuentas ante un grupo de apoyo donde haya tendencias políticas diversas. El equipo socio- político de la EEA es responsable ante la Secretaría General y, por lo tanto, ante todos los miembros de la EEA. Su trabajo está también guiado por el Equipo de Autorización de la Política Pública de la EEA, cuya membresía es aprobada por la Asamblea General de la EEA.

Nota. Texto redactado por Pablo Martínez Vila en  colaboración con la  Comisión Sociopolítica de la Alianza Evangélica Europea y aprobado por  su Asamblea General (octubre 2011)

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APÉNDICES

APÉNDICE 1

El Pacto de Lausana, ap. 5: “Afirmamos que Dios es tanto el Creador como el Juez de todos los hombres. Por lo tanto, debemos compartir Su preocupación por  la  justicia  y  la  reconciliación  en  toda  la  sociedad  humana,  y  por  la liberación de todos los hombres de toda clase de opresión. La humanidad fue hecha a la imagen de Dios; consecuentemente, toda persona, sea cual sea su raza, religión, color, cultura, clase, sexo, o edad tiene una dignidad intrínseca, en razón de la cual debe ser respetada y servida, no explotada. Expresamos además nuestro arrepentimiento, tanto por nuestra negligencia, como por haber concebido, a veces, la evangelización y la preocupación social como cosas que se excluyen mutuamente. Aunque la reconciliación con el hombre no es lo mismo que la reconciliación con Dios, ni el compromiso social es lo mismo que  la  evangelización, ni  la  liberación política  es  lo  mismo que  la salvación, no obstante afirmamos que la evangelización y la acción social y política son parte de nuestro deber cristiano. Ambas son expresiones necesarias de nuestra doctrina de Dios y del hombre, de nuestro amor al prójimo  y  de  nuestra  obediencia  a  Jesucristo. El  mensaje  de  la  salvación implica también un mensaje de juicio a toda forma de alienación, opresión y discriminación, y no debemos temer el denunciar el mal y la injusticia dondequiera que existan. Cuando la gente recibe a Cristo, nace de nuevo en Su Reino y debe manifestar a la vez que difundir Su justicia en medio de un mundo injusto. La salvación que decimos tener, debe transformarnos en la totalidad de nuestras responsabilidades, personales y sociales. La fe sin obras es muerta”. (Hech. 17:26,31; Gén. 18:25; Isa. 1:17; Sal. 45:7; Gén. 1:26,27; Sant. 3:9; Lev. 19:18; Luc. 6:27,35; Sant. 2:14-26; Juan 3:3,5; Mat. 5:20; 6:33; 2Cor. 3:18)Ap. 13:”Es un deber señalado por Dios, que todo gobierno debe asegurar condiciones de paz, justicia y libertad, en las cuales la Iglesia pueda obedecer a Dios, servir al Señor Jesucristo, y predicar el Evangelio sin impedimento. Por lo tanto, oramos por los gobiernos nacionales y les hacemos un llamado para que garanticen  la  libertad  de  pensamiento  y  de  conciencia,  y  la  libertad  de practicar y propagar la religión, de acuerdo con la voluntad de Dios en los términos establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Expresamos también nuestra preocupación profunda por quienes sufren prisión injustamente, y especialmente por nuestros hermanos que sufren por el testimonio del Señor Jesús. Prometemos orar y trabajar por su libertad. Al mismo tiempo que no nos dejaremos intimidar por lo que les suceda a ellos. Con la ayuda de Dios, también nosotros procuraremos mantenernos firmes contra la injusticia y permanecer fieles al Evangelio cualquiera sea el costo. No olvidemos la advertencia de Jesús de que la persecución es inevitable”. (1 Tim. 1:1-4; Hech. 4:19; 5:29; Col. 3:24; Heb. 13:1-3; Luc. 4:18; Gal. 5:11; 6:12; Mat. 5:10-12; Juan 15:18-21)

APENDICE 2

“Dondequiera que el Evangelio Cristiano haya llegado y triunfado ha dejado una estela que se ha convertido en una nueva preocupación por la educación, una nueva voluntad para escuchar a los disidentes, nuevos principios de imparcialidad en la administración de la justicia, una nueva gestión del medio natural, nuevas actitudes hacia el matrimonio y el sexo y una nueva sensibilidad para aliviar a los pobres, sanar a los enfermos, rehabilitar a los presos y cuidar a los ancianos y a los moribundos. Es más, estos nuevos valores se expresan a medida que la influencia cristiana crece, no sólo en empresas filantrópicas sino también en la legislación humanitaria” John Stott, “I believe in preaching” (Yo creo en la predicación), (Londres: Hodder & Stoughton,1982), p.166. (Este libro ha sido traducido al español con el título: “La Predicación: Puente entre dos mundos”).

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PROYECTO de Compromiso Cristiano en el Ámbito Público, CÓDIGO DE CONDUCTA de la EEA

Sabiendo que somos llamados a ser embajadores de Cristo en todo lo que afecta a la vida, siendo conscientes de nuestra insuficiencia, y motivados únicamente por el deseo de glorificar al Rey de Reyes, pedimos al Señor que nos ayude a participar de las siguientes conductas y  a  recomendar estas directrices a  todos los  que están involucrados en el ámbito público.

El amor

       Hablaremos y nos comportaremos con gracia, mansedumbre y misericordia con todo el mundo.

       Intentaremos establecer relaciones genuinas  con todos en el ámbito público, incluyendo a los que no están de acuerdo con nosotros.

       Amaremos  especialmente  a  las  personas  que  la  sociedad  margina,  nos preocuparemos profundamente por ellas y  nos atreveremos a  desafiar las injusticias que las oprimen.

La humildad

       Oraremos en todo momento, sabiendo que solamente el Señor puede lograr un cambio.

       Conociendo que la cercanía al poder puede corromper, recordamos nuestra dependencia del Señor y nos acercamos a El mediante la oración.

       Es muy fácil reaccionar ante los problemas con insensatez o ira, pero no nos atrevemos a deshonrar a Cristo, por lo que nos aferramos a El y le pedimos que nos corrija suavemente.

       Rendiremos cuentas ante un grupo de apoyo con tendencias políticas diversas que nos ayude a permanecer fieles a nuestro llamamiento.

       Adoptaremos una actitud de servicio tanto hacia los débiles como hacia los fuertes.

La verdad

    Hablaremos y actuaremos con verdad e integridad en todo momento.

       Nuestras  ideas  y  acciones  políticas  deben  basarse  en  la  totalidad  de  la Escritura. No debemos utilizar la Biblia para confirmar nuestras ideas preconcebidas. Por el contrario, contrastaremos estas ideas con cristianos de diferentes filosofías políticas para asegurarnos de que son verdaderamente bíblicas. Nos esforzaremos por reflejar la amplitud de las inquietudes de Dios, no centrándonos sólo en uno o dos temas.

       Hay una gran cantidad de distorsiones de la verdad en la política y en los medios de comunicación que la representan. Haremos todo lo que nos sea posible para buscar la verdad mediante controles y análisis cuidadosos y para defenderla con firmeza.

La paz

       Los desacuerdos y las controversias son inevitables, pero disentiremos con elegancia.

    Como   pacificadores,   construiremos   puentes   donde   nos   sea   posible.

    Aspiraremos a persuadir, no a discutir.

El valor

    En algunos países, llegar a compromisos puede conducir a un peligro real.

Cuando surjan las dificultades, rogaremos a Dios para que nos dé valor y

sabiduría  a  fin  de  saber  lo  que  El  quiere  de  nosotros.  Permaneceremos siempre con los hermanos y hermanas que estén en peligro y les pediremos que nos digan como les podemos ayudar.

       En otras partes, los problemas pueden venir en forma de crítica, tergiversación o acciones legales. Una vez más, pediremos al Señor valentía y conocimiento a fin de honrarle en nuestra respuesta. Nos ayudaremos los unos a los otros en tiempos de dificultad.

       Nuestra máxima prioridad debe ser siempre la fidelidad a Cristo. Oramos para tener el coraje de mantenernos en ella.

La sabiduría

       Los  políticos  no  tienen  por  qué  escucharnos. Mejor  dicho,  si  entablamos buenas relaciones y proporcionamos ideas inteligentes, adecuadas y excelentes, con  buena  información y  presentadas profesionalmente, confiamos en que algunos de ellos desearán escucharnos.

       Donde  sea  posible,  los  cristianos  deberían  unirse  a  los  distintos  partidos políticos. Ningún partido, ni tan siquiera un partido “cristiano”, es perfecto, todos necesitan de la sal y de la luz. No obstante, como Alianza Evangélica debemos mantenernos alejados de la adhesión del partido en lo posible. El

Evangelio es para todos y  no  podemos dar la  impresión de  que  el  Señor prefiere a los miembros de un partido en particular.

       Alentamos  a  los  pastores  a  desempeñar  su  función  vital  de  apoyo  y discipulado en sus congregaciones, al mismo tiempo que se comprometen con la sociedad y recomiendan orar por el ámbito público y reflexionar bíblicamente sobre los problemas.

La esperanza

       Nuestra esperanza de cambio se fundamenta en Dios. El puede hacer posible la sal y la luz que marca la diferencia.

       Con alegría, esperamos la venida de Cristo y el establecimiento pleno de Su maravilloso Reino.

       Entretanto, viviremos y compartiremos el gozo de su esperanza. La esperanza de que el Evangelio lleve la luz a la situación más oscura.

 

La Alianza Evangélica Española 

Enseñanza religiosa y la escuela pública

La  Alianza  Evangélica  Española  desea  manifestar  acerca  de  la  Enseñanza Religiosa en la escuela pública la siguiente postura y consideraciones:

La enseñanza religiosa es un derecho y deber de los padres, que en su caso pueden compartir con la institución confesional o privada que consideren más adecuada dentro de sus creencias: parroquia, mezquita, sinagoga o iglesia.

Entendemos que es básico el principio de la aconfesionalidad del Estado. De acuerdo con este principio de separación entre el Estado y las diferentes confesiones religiosas, la escuela pública no debería impartir ningún tipo de enseñanza religiosa confesional.

Esta ausencia de asignatura/s de enseñanza religiosa confesional es la situación ideal que defendemos.

Sin embargo, mientras se permita hacerlo a la Iglesia católica, entendemos que opcionalmente y para evitar situaciones de discriminación y marginación social se ofrezca impartirla a las demás confesiones con Acuerdos con el Estado, siempre que sea una materia opcional y no evaluable.

En esta línea, valoramos el trabajo realizado por la ERE (Enseñanza Religiosa Evangélica, dependiente de la FEREDE) y nos parece encomiable el esfuerzo de muchos maestros que han impartido la asignatura de Religión Evangélica durante  los  últimos  10  años,  generalmente  de  manera  altruista  y frecuentemente en circunstancias de desigualdad e incluso de discriminación en relación a la enseñanza religiosa católica.

Dicho todo lo anterior, nos preocupa la falta de formación objetiva en España del hecho religioso en general y del protestantismo en concreto, que se une a siglos de desinformación sobre cualquier religión que no sea la católica.

Hay   una   enorme   incultura   que   mezcla   los   prejuicios   con   la   falta   de conocimiento y que originan una ausencia de datos y de juicio a la hora de entender la historia, la cultura y la sociedad actual en lo relacionado con el hecho religioso en general y el evangélico o protestante en particular.

En  este  sentido  creemos  que  la  enseñanza  objetiva  y  no  confesional de  los aspectos culturales, sociales e históricos de las religiones y creencias merece ser tratada  bien  dentro  de  las  asignaturas correspondientes de  arte,  sociedad e historia, o bien como una asignatura independiente de “Historia y cultura de las religiones”. Para ello, entendemos la necesidad de un debate y consenso de las fuerzas sociales y políticas al respecto.

 

Alianza Evangélica Española 

Sobre la Reforma de la Ley del Aborto en España

I- NUESTRA POSTURA ÉTICA

1.- La gran mayoría de los evangélicos o protestantes entendemos que existe la presencia -en esencia y potencia-  de un ser humano desde el momento de la concepción. El embrión más pequeño posee ya el mismo código genético completo que el adulto nacido. Por ello entendemos que se trata de un ser con singularidad y personalidad genética, único e irrepetible, y por tanto digno de protección.

2.- Defendemos por ello la vida del no nato y entendemos que el problema del aborto es un asunto ético en el que se dirime la defensa de la vida. Creemos que, por la  singularidad y personalidad genética del no nato,  el problema del aborto trasciende la  esfera de lo religioso y  pasa a  ser un  asunto primariamente ético: lo que se dirime es la defensa de la vida de un ser humano indefenso que no puede hacer oír su voz.

3.- Consideramos erróneo, por insuficiente, el enfoque que centra la legislación del aborto en la mera regulación del acto de abortar como si ésta fuese la única opción  posible ante un embarazo no deseado.  Con este enfoque parcial y reduccionista se menoscaban otras opciones que pueden igualmente legislarse y aplicarse, por ejemplo el favorecer la adopción.

 

II. CONSIDERACIONES PRÁCTICAS

Considerando que en la sociedad española no hay homogeneidad en los posicionamientos éticos sobre este tema, y ante la realidad presente, creemos que dentro de las posibles opciones legales que se están barajando existen varias cuestiones que en nuestra opinión deberían considerarse seriamente:

1.- Como Alianza Evangélica siempre hemos defendido una clara separación Iglesia-Estado. Sin  embargo, por la trascendencia del asunto y la sensibilidad que suscita, antes de llevar adelante una reforma de la legislación del aborto creemos imprescindible lograr el máximo consenso posible. Por ello proponemos un diálogo abierto y franco entre quienes son favorables a ampliar esta ley y quienes creen que no debería ser así, e incluso que debería ser más restrictiva o no existir.

2.- Reconocemos que entre el conjunto de los que defendemos la vida del no nato pueden existir incongruencias en relación a la protección de la vida de la persona ya nacida. Esto es, sin duda, un punto que debe ser confrontado y mejorado, sin dejar de afirmar aquello en lo que creemos respecto a la defensa de la vida del no nato.

3.- Desde la ética protestante se ha admitido la opción moral del aborto en el caso de riesgo de muerte de la madre o en el caso concreto de una enfermedad fetal extremadamente grave como la anencefalia (ausencia de desarrollo del cerebro).

4.- Partiendo de nuestro rechazo ético al aborto voluntario –con las dos excepciones opcionales antes mencionadas- y que por ello nuestro ideal es que nunca llegaran a producirse, sí creemos importante que a fin de aminorar el impacto lesivo de esta práctica, se reduzcan  al máximo los periodos legales que se pudieran establecer a la hora de permitir el aborto legal.

5.- Propugnamos alternativas en favor de la vida (adopción, ayuda social, planificación familiar con métodos anticonceptivos) para evitar el embarazo no deseado o situaciones sociales límites que empujen al mismo.

6.- Nos parece fundamental considerar e incluir una tercera vía que debería tenerse en cuenta en la reforma de la ley del aborto

El propósito de esta vía es que ante un embarazo no deseado,  la mujer pueda decidir con la mayor objetividad posible, sin verse condicionada o dirigida a priori hacia una fórmula única. Para ello es condición indispensable una información completa de todas las opciones posibles que le permitan evaluar los pros y contras de estas diversas salidas. Sólo así su decisión será realmente libre. Por lo demás, la realidad –evidenciada por numerosos estudios-  de que el aborto siempre es un trauma para la madre exige que cualquier salida real que se le ofrezca debe buscar su bien y el de su hijo.

Para ello, proponemos aplicar el método establecido en alguno de los países de nuestro entorno democrático europeo: cuando una mujer expresa su deseo o intención de abortar, debe pasar por un asesoramiento establecido y reglado. En este proceso se le informa por parte de una entidad independiente y de forma clara y entendible de las posibles salidas a problemas que empujen al aborto (matrimoniales o de pareja, laborales, legales, etc.,) así como de los posibles riesgos del aborto (también de forma aséptica, como en cualquier intervención quirúrgica), u otras opciones como la entrega en adopción. Tras esto, con un documento en el que se certifica que ha recibido esta información, la mujer podrá decidir libre y responsablemente qué hacer en cualquier sentido.

III. OTROS ASPECTOS

Finalmente, suscribimos lo expresado en su día en el Comunicado de las II Jornadas de Bioética, organizadas por la AEE, en lo relativo al no nato y el aborto, en aquello que complementa lo anteriormente expresado:

1.- Defendemos los «Derechos del Niño», tal como fueron aprobados por el Consejo de Europa en su Carta Europea de los Derechos de la Infancia en octubre de 1 979, en la que explícitamente se afirma que «desde el momento de la concepción, el niño que va a nacer debe gozar de todos los derechos enunciados en la presente Declaración».

2.- Aunque no aprobamos su postura, respetamos a las personas que entienden el aborto como necesario, y nos identificamos con el sufrimiento que estas situaciones generan. Proponemos que se pongan al alcance de la mujer que llega a esta decisión todos los medios que contribuyan a su recuperación plena.

3.- Rechazamos las legislaciones que permiten abortar a las menores de edad sin el consentimiento de los padres.

4.- Proponemos que la defensa de la integridad global de la vida en su conjunto sea sin énfasis desequilibrados, respetuosa y sin violencia.

 

Alianza Evangélica Española 

Tragedia en Barajas

Están previstos al menos dos funerales oficiales en memoria de las víctimas de la tragedia aérea vivida en Barajas el pasado 20 de agosto, a celebrar en Madrid y Las Palmas de Gran Canaria. Ambos serán oficiados en catedrales y ritos católicos, con la presencia anunciada de autoridades municipales, del Gobierno, de la oposición y de la Casa Real, así como de otras personalidades.

Ante esta situación, queremos exponer que:

1.- Lamentamos profundamente la falta de responsabilidad, sensibilidad y respeto que ha llevado a la ausencia de un funeral oficial de Estado de tipo civil o pluriconfesional (atendiendo a todas las creencias de las víctimas fallecidas). Cualquiera de las dos soluciones hubiese, no sólo respetado la laicidad del Estado, sino la sensibilidad y voluntad de las familias de las personas fallecidas.

2.- Ante esta omisión, creemos absolutamente inadecuado que se celebren estos funerales por el rito católico para todas las víctimas. Debería anunciarse claramente que son sólo para los fallecidos de confesión católica. Querríamos que no llegase a perpetuarse esta situación de violación y apropiación de las creencias de las personas fallecidas bajo un monopolio católico, propio de épocas pasadas en la historia de España.

3.- Tampoco creemos adecuada la presencia de representantes oficiales del Estado (gobiernos locales y regionales, del Gobierno del Estado y de la Casa Real) identificándose de forma exclusiva con una única confesión en estos funerales, ya que representan a todos los ciudadanos españoles sin excepción, por encima de sus creencias particulares.

Por lo tanto, en el caso de acudir a alguno de los funerales católicos, creemos que las mismas autoridades deberían acudir igualmente al culto `in memoriam´ por la víctima protestante del accidente de Barajas, que se celebrará en Madrid y al que han sido invitadas. O no acudir a ninguno. Pero nunca refrendar como acto oficial único el celebrado por el rito católico cuando los fallecidos son de diferentes confesiones, o agnósticos o ateos.

4.- Finalmente, en el caso de que se lleven a cabo los anunciados funerales oficiales católicos por las víctimas con el refrendo de las autoridades de nuestro país, anunciamos que elevaríamos a nuestra representación en el Parlamento de la Unión Europea -a través de la Alianza Evangélica Europea- nuestra denuncia por la falta de respeto a la libertad de conciencia y religiosa por parte de quienes hayan apoyado este acto.

CONSIDERACIONES PARTICULARES

En el caso concreto del Ayuntamiento de Madrid, creemos que sería importante que una ciudad candidata a la organización de unos Juegos Olímpicos demostrase ante la sociedad europea e internacional, con amplia presencia protestante, haber superado la imprescindible transición religiosa que dejó como deuda el nacionalcatolicismo.

En el caso concreto de la Casa Real, y dado que ha participado en múltiples actos católicos, judíos e islámicos en España, pero jamás ninguno de sus representantes ha asistido a las invitaciones extendidas a actos evangélicos, creemos que este broche (no de oro, desde luego) supondría alejarse más aún del trato igualitario de la monarquía a los ciudadanos españoles de fe protestante o evangélica. Así lo sentimos y así lo expresamos dentro y a pesar del gran respeto que esa institución nos merece.

En el caso concreto del Gobierno de España, creemos que esta actuación desdice con sus hechos lo anunciado en defensa de la laicidad del Estado, la defensa de la pluralidad y la convivencia, cayendo en un maridaje Iglesia-Estado contraria a su mensaje y la ideología teórica del partido que lo sustenta.

En el caso concreto del Partido Popular como partido de la oposición, creemos que es el momento de hacer ver su defensa de una sociedad de mentalidad abierta, que sea justa e integradora para con todos sus ciudadanos sin excepciones, en una España plural y respetuosa con todas las creencias e ideas.

En el caso concreto de la Conferencia Episcopal Católica, además pediremos que las Alianzas Evangélicas Europea y Mundial hagan constar en todos los foros europeos e internacionales de diálogo interreligioso la actuación monopolizadora, arrogante y totalmente alejada del diálogo en su actuación con los cristianos evangélicos españoles. Hechos como el presente reafirman que las conversaciones interreligiosas que se vienen celebrando con la Iglesia católica en España no son más que actos de cara a la galería, que la realidad contradice.

DESPEDIDA

Les pedimos que comprendan que están humillando y menospreciando una y otra vez, aunque sea involuntariamente –lo cual no es excusa- el sentimiento no ya sólo del pueblo evangélico español, sino de la memoria de las víctimas y sus familiares de fe protestante. Quizás ésta es la gota que ha colmado el vaso.

Esperando que aún se esté a tiempo de rectificar, les enviamos un respetuoso saludo.

 

Alianza Evangélica Española