Conoce la AEE

Somos la Alianza. Somos Iglesia en Unidad.

Promoviendo la unidad de la Iglesia para transformar la sociedad desde 1877

Somos un movimiento. Una red de iglesias, entidades y creyentes apasionados por el Evangelio y por España. Desde 1877, la Alianza Evangélica Española (AEE) es el organismo que une al pueblo evangélico en su diversidad para cumplir una misión común: ser sal y luz en nuestra nación, proclamando un testimonio de fe relevante y transformador.

Nuestra historia: Un legado de unidad

Casi 150 Años al Servicio de la Iglesia y la Sociedad

Nacimos en 1877, lo que nos convierte en la entidad evangélica interdenominacional más antigua de España. No surgimos para ser una institución, sino para responder a un profundo anhelo de unidad y cooperación en un tiempo de grandes desafíos.

Ese legado de perseverancia, diálogo y amor fraternal es nuestro mayor orgullo y la base sobre la que seguimos construyendo. Durante casi un siglo y medio, hemos sido testigos del poder de Dios obrando cuando Su pueblo decide caminar en un mismo espíritu.

Nuestra Misión: ¿Qué Nos Impulsa?

Más que Palabras, un Compromiso Activo

Nuestra razón de ser se traduce en acciones concretas que buscan fortalecer a la iglesia y bendecir a la sociedad. Nuestra misión se articula en tres pilares fundamentales:

  • Fomentar la Unidad: Creamos puentes y espacios de encuentro para derribar barreras denominacionales, promoviendo la comunión, la oración conjunta y la colaboración en proyectos que exaltan el nombre de Cristo.
  • Ser una Voz Profética: Actuamos como voz de la comunidad evangélica ante la sociedad y las instituciones. Defendemos la libertad religiosa, dialogamos con la cultura y ofrecemos una perspectiva bíblica sobre los grandes debates de nuestro tiempo.
  • Servir con Excelencia: Equipamos a la iglesia con recursos teológicos, formación de alto nivel y análisis rigurosos a través de nuestras comisiones de trabajo, publicaciones y eventos, capacitando a líderes y creyentes para un servicio más eficaz.

Junta Directiva

Es designada por la Asamblea General. Es su órgano de representación, dirección y gestión

Marcos Zapata
Presidente
Daniel Oval
Vicepresidente
X. Manuel Suárez
Secretario General
Amable Morales
Tesorero
Francisca Capa
Presidenta Alianza Solidaria
Pedro Tarquis
Presidente Areópago Protestante
Antonio Simoni
Vocal
Juan Carlos Parra
Vocal

Equipo

Equipo y voluntarios que trabajan en la Alianza Evangélica

Carla Suárez
Administración y Comunicación
Luisa Cañón
Administración y Contable
Estrella Saguar
Contabilidad
Daniel Pujol
Contenido Revista Idea
Camilo Fernández
Gestión de Envíos
Josep María Banegas
Gestión de Envíos

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El lema de la Alianza es: “Juntos para transformar el mundo”. Ese lema inspira y da sentido de propósito y dirección a todo lo que hacemos juntos.

La unidad del pueblo de Dios da testimonio de que el Padre envió al Hijo. Hoy también esa unidad, que es inicialmente espiritual, pero que debe manifestarse en la práctica diaria, es un mensaje poderoso a una sociedad muchas veces rota y enfrentada. No se trata tanto de crear grandes estructuras, sino de ser capaces de sentirnos uno y de actuar en coordinación y unidad de propósito en bien de los que no conocen a Cristo.

Frecuentemente, hablamos de ser una “pista de baile” donde las iglesias y los cristianos pueden encontrar a otros con propósitos similares y colaborar para alcanzar objetivos del Reino de Dios. Orar juntos, tener una fe común, promover los mismos valores del Reino de Dios, gozarnos con los que están teniendo impacto en la sociedad, sufrir juntos con aquellos cristianos que sufren, tener una voz unida, ayudar juntos a los desfavorecidos de la sociedad, etc., son manifestaciones de esa unidad.

Nuestra unidad no debe quedar en disfrutar con los que creen lo mismo. Estamos enfocados en aquellos en los que estaba enfocado Jesús. Su ministerio estaba guiado por el amor a aquellos que aún no conocen a Dios, hacia todos los que experimentan las consecuencias del mal, hacia los que aún no forman parte de la Iglesia. La Iglesia existe con los mismos propósitos que llevaron a Jesús a encarnarse y a vivir y morir por nosotros. La vida de Jesús estaba enfocada en derrotar al mal y al maligno, y nosotros debemos recuperar la capacidad de mirar como Jesús, de indignarnos ante el mal como Jesús, y de hablar y actuar con la entrega y pasión que habló y actuó Jesús contra el mal. El evangelio es nuestra razón de ser. Eso es lo que significa que queremos transformar el mundo, que el evangelio predicado y vivido es la herramienta transformadora por excelencia de Dios.

En tanto que cristianos evangélicos, aceptamos la Revelación del Dios único en tres personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en las Escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, y confesamos la fe histórica del Evangelio que se proclama en sus páginas. Afirmamos, por consiguiente, las doctrinas que consideramos decisivas para comprender la fe y que deben expresarse en amor, en el servicio cristiano práctico y en la proclamación del Evangelio:

  1. La soberanía y la gracia de Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo en la creación, la providencia, la revelación, la redención y el juicio final.
  2. La divina inspiración de la Sagrada Escritura, su credibilidad plena y su suprema autoridad en todo lo que atañe a la fe y a la conducta.
  3. La pecaminosidad universal y la culpabilidad del hombre caído que acarrea la ira de Dios y la condenación.
  4. El sacrificio vicario del Hijo de Dios encarnado, único fundamento suficiente de redención de la culpabilidad y del poder del pecado, así como de sus consecuencias.
  5. La justificación del pecador solamente por la gracia de Dios, mediante la fe en Cristo crucificado y resucitado de los muertos.
  6. La obra de Dios el Espíritu Santo quién ilumina, regenera, mora en el creyente y lo santifica.
  7. El sacerdocio de todos los creyentes que, en la unidad del Espíritu Santo, constituyen la Iglesia universal, el Cuerpo cuya Cabeza es Cristo, comprometidos por el mandamiento de su Señor a la proclamación del Evangelio en todo el mundo y al servicio de amor en el seno de la sociedad.
  8. La esperanza del retorno visible de nuestro Señor Jesucristo en poder y gloria, la resurrección de los muertos y la consumación del Reino de Dios
  • Procurar la comunión y participación entre sus miembros, en el orden de las relaciones humanas y en la ayuda y asistencia al prójimo, inspiradas en la caridad cristiana.
  • La preservación de la pureza del testimonio cristiano, en conformidad con el texto de las Sagradas Escrituras, tanto en la vertiente doctrinal como en la ética, moral y de derechos humanos.
  • La enseñanza y divulgación cultural, bíblica y teológica, tanto en ámbitos religiosos como seculares, y la preparación de ministros para este fin.
  • La divulgación del evangelio de Jesucristo.
  • En general los que se expresan en la Epístola de San Pablo a los Filipenses, capítulo 1 y versículos 5, 7 y 12, que son: la comunión, defensa, confirmación y progreso el evangelio y la fe cristiana evangélica.

La Alianza Evangélica es la corporación interdenominacional más antigua del actual protestantismo en España. Tuvo su origen en Londres en 1846 con objeto de promover la unidad cristiana y la defensa del cristianismo bíblico, sobre la base de una declaración de fe netamente evangélica.

En España, la Alianza Evangélica se fundó en Septiembre de 1877, y empezaron a desarrollarse actividades a partir de 1878, si bien ésta no llegó a constituirse legalmente hasta 1914. Sus principales actividades fueron la celebración de cultos unidos de oración, la organización de varios congresos evangélicos y la defensa de los evangélicos perseguidos a causa de su fe. La Guerra Civil (1936-1939) impuso un cese en sus actividades y su práctica disolución. Resurgió en 1953 prosiguiendo la defensa de los cristianos víctimas de la intolerancia religiosa y promoviendo la formación de la Comisión de Defensa Evangélica.

En la última etapa de su historia, la Alianza ha registrado un profundo relevo generacional, tanto en sus cargos directivos como en las presidencias de las comisiones. Un avance en estos cambios fue la elección del primer secretario general a tiempo completo en 2002 y la reorganización de una nueva administración. Actualmente, aun manteniendo un cierto cuerpo institucional, busca convertirse en un movimiento que dé respuestas bíblicas a las situaciones cambiantes de la sociedad, dotándose de una estructura interna que facilite el desarrollo de la visión y amplíe la participación de los cristianos evangélicos.

La Alianza Evangélica Española está integrada en la Alianza Evangélica Europea (EEA) y en la Alianza Evangélica Mundial (WEA) que representan a millones de evangélicos y llevan su voz a instituciones como el Parlamento Europeo y las Naciones Unidas.

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Formar parte de la Alianza Evangélica Española significa también estar conectado a una familia global. Somos miembros de la Alianza Evangélica Europea (EEA) y de la Alianza Evangélica Mundial (WEA), que representa a más de 600 millones de cristianos evangélicos en todo el mundo. Esta red global nos enriquece, nos fortalece y nos permite participar en la misión de Dios a una escala mundial.

La obra continúa y tú puedes ser protagonista. Únete a miles de creyentes que están construyendo el futuro de la iglesia en España y en el mundo.