
Obra Social: 4º Informe: «Lo siento, sólo tengo zapatos»

24-O, día de oración por la iglesia perseguida Ciudades de toda España se unen a la convocatoria para orar por los perseguidos por su fe cristiana, siendo conscientes del incremento de la presión en los últimos años.
La Alianza Evangélica Española y el ministerio internacional Puertas Abiertas convocan una jornada de oración para este sábado 24 de octubre, a la que se sumarán entidades e iglesias de todo el territorio español. “La persecución de cristianos por causa de su fe no cesa”, explica la AEE en la convocatoria. “Este año, agravada por la situación de la que los mismos medios de comunicación nos informan, especialmente en Irak y Siria. Lo cierto es que desde Corea del Norte hasta Colombia, pasando por gran parte de los países de Asia, Oriente Medio y norte de África, el cuerpo de Cristo sufre”, explican.
EN VARIAS CIUDADES
El Día Internacional de Oración (DIDO) consiste en un acto conjunto que incluya “himnos, predicaciones, oraciones, clases de escuela dominical” alusivos a la persecución “para sintonizar con el corazón de Dios a favor de su pueblo perseguido”, añade la AEE. Puertas Abiertas comunica en su web los lugares y horarios en los que se celebra la jornada de oración, que tendrá lugar en A Coruña, Alicante, Almería, Baleares, Barcelona, Bergara, Cáceres, Cádiz, Canarias, Cantabria, Ciudad Real, Córdoba, Guipúzcoa, Huesca, Lleida, Madrid, Málaga, Palencia, Salamanca, Sevilla, Tarragona, Valladolid, Zamora, Zaragoza, Andorra y Valencia.
RECURSOS DIDÁCTICOS
La Alianza Evangélica ha recopilado en su página web recursos para utilizar en las iglesias que se quieran sumar: guías de oración, sugerencia de lecturas bíblicas, materiales para escuela dominical o presentaciones visuales y vídeos que informan sobre este tema.
Texto extraído de Protestante Digital. Leer más: http://protestantedigital.com/ciudades/37680/24O_dia_de_oracion_por_la_iglesia_perseguida
Nuestra sociedad se encuentra conmovida y sacudida por el sufrimiento de miles de personas que huyen de situaciones de guerra, de persecución por causa de sus creencias, etc. La situación sobrepasa a nuestros gobiernos que tienen dificultades para llegar a acuerdos sobre la recepción de estos solicitantes de asilo. Mientras esto ocurre miles de ciudadanos europeos están ofreciendo sus casas, yendo en ayuda de aquellos que llegan, etc.
Creemos que esta es una ocasión para que los cristianos evangélicos españoles también tengan la posibilidad de mostrar la compasión que Dios siente por “el extranjero, el pobre y la viuda”. Los cristianos, a lo largo de la historia, han estado siempre al lado de los que sufren de maneras prácticas, incluso con riesgo para sus propias vidas y propiedades. Esta disposición al sacrificio, a seguir a Jesús en el camino de negarse a uno mismo, es una característica central de la fe.
La Alianza Evangélica quiere realizar un llamamiento al pueblo evangélico de nuestro país a considerar, delante de Dios, su responsabilidad con aquellos que llegan a nuestras puertas. Esta responsabilidad, sin embargo, tiene que ser afrontada de manera que la ayuda prestada sea efectiva. Por ello, sugerimos que esta ayuda sea dirigida a través de las iglesias evangélicas a las que pertenecemos.
La ayuda a los refugiados va a ser canalizada a través de los ayuntamientos de nuestras ciudades y pueblos. La mejor manera de colaborar es que sean nuestras iglesias las que realicen un inventario de las familias dispuestas a colaborar, de los ministerios que están puestos en marcha o los que se pueden adaptar a la demanda, de los edificios y otras instalaciones que tienen, etc. A su vez, todos estos recursos se pondrán a disposición de los gobiernos locales para dar soluciones realmente efectivas y a largo plazo.
Como guía práctica hemos elaborado una serie de recomendaciones que individuos, familias e iglesias podrían considerar:
Pasos previos antes de tomar una decisión:
El papel de la iglesia local
Si estás pensando en abrir tu casa a uno o varios refugiados te animamos a que tengas en cuenta estos consejos:
Deja que tus manos sean las que hablen de Jesús.
Equipo de Autorización
Cuando cayó el muro de Berlín todos pensaron que se inauguraba una nueva situación de estabilidad. Pronto surgió una nueva amenaza, pero ya no era geoestratégica, no era un bloque, ni siquiera una nación, sino una red heterogénea, unida por el fundamentalismo islámico.
Ese movimiento declara la guerra a nuestra sociedad y a los valores sobre los que se sustenta, señaladamente los cristianos.
Querríamos creer que no todo el Islam participa de esta postura y principios, sea de forma activa o pasiva. Esto plantea algunas cuestiones esenciales: ¿Hay acaso valores islámicos que sustentan la campaña genocida de Daesh? ¿Apoya el Islam el sometimiento o la liquidación de los no-musulmanes? ¿Tiene el Corán un mensaje ambivalente al respecto? Un cristiano que mata a alguien por ser diferente es un mal cristiano y es condenado por la Biblia; ¿sucede lo mismo con el Islam? Son preguntas que los demás musulmanes –y señaladamente sus líderes y pensadores– están especialmente autorizados para responder y así abordar la raíz del problema. Si el Corán condena la conducta de estos terroristas, hay que explicarlo y publicarlo desde mezquitas, medios de comunicación y centros de educación islámica para desproveerles de autoridad.
Deseamos de corazón una manifestación clara de los musulmanes que conviven con nosotros en favor del sistema democrático de libertades y respeto a las diferencias. Pedimos, consecuentemente, que reclamen a los gobiernos de países de cultura islámica un respeto a las minorías cristianas.
No hablamos de asimilación, no pretendemos una asunción forzada de valores, pero esperamos una adaptación de su conducta y su participación activa en la conformación del pacto social en el que toda ideología ayuda a formar ese acuerdo. En este sentido, el concepto de acomodación razonable puede ser útil para la convivencia de cosmovisiones distintas e incluso contrapuestas. Cuando se puede realizar una acomodación de la legislación o la práctica social que no causa un significativo disturbio, se debe realizar esa acomodación.
Equipo de Autorización
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1 Mt 10.28
2 1Jn 5.4
3 “Myriam’s story and song”: https://www.youtube.com/watch?v=2__MJ8VwMOI
“We will sing live: Brother of two Cristian victims of ISIS”: https://www.youtube.com/watch?v=hIEqjMm7BOg
4 “¿Quién se atrevería a amar a Isis? Una carta del pueblo de la Cruz”: https://www.youtube.com/watch?v=uSv4vBcFyvo&feature=youtu.be
Cuando cayó el muro de Berlín todos pensaron que se inauguraba una nueva situación de estabilidad. Pronto surgió una nueva amenaza, pero ya no era geoestratégica, no era un bloque, ni siquiera una nación, sino una red heterogénea, unida por el fundamentalismo islámico. Ese movimiento declara la guerra a nuestra sociedad y a los valores sobre los que se sustenta, señaladamente los cristianos. Mostramos nuestra indignación y pedimos la solidaridad de todo defensor de los derechos humanos ante la sistemática eliminación física de los cristianos y otras minorías, los desplazamientos masivos, las conversiones forzadas, la eliminación del patrimonio cultural de toda la humanidad, etc. Nos sentimos orgullosos de nuestros hermanos, nuestros héroes que se mantienen fieles; pueden quitarles la vida, pero jamás podrán tocar su dignidad y su alma1 : “esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”
2 . Ellos son un ejemplo, no sólo de una fe real, sino de aquella entereza con la que hay que hacer frente al terror.
Estos cristianos asumen su martirio perdonando3 , pero es nuestra obligación defenderles con nuestro apoyo personal y político. Sentimos así indignación ante la laxitud de los gobiernos e instituciones europeos, tan prestos a declararse defensores de las libertades de todo colectivo perseguido, pero tan cobardemente insensibles y callados ante el genocidio de cristianos. De este silencio participan igualmente los medios de comunicación. Sabemos, por otra parte, que existen intereses económicos que sustentan al integrismo islamista, de la misma forma que tras la pedofilia, el comercio de armas o la trata de personas hay mafias económicas; es prioritario detectar y actuar sobre estas mafias organizadas que sostienen ese terrorismo.
3. Occidente ha puesto todo empeño en señalar que no asistimos a un choque de civilizaciones y que el terrorismo islamista nada tiene que ver con el Islam, pero lo cierto es que Daesh, Boko Haram, Al Qaeda, etc., tienen una interpretación diferente y señalan a los noislámicos, principalmente a los cristianos, como su adversario a liquidar. Incluso hacen una identificación de la cultura occidental y el sistema democrático con los valores del cristianismo, identificación certera que, paradójicamente, muchos políticos europeos quieren negar.
Querríamos creer que no todo el Islam participa de esta postura y principios, sea de forma activa o pasiva. Esto plantea algunas cuestiones esenciales: ¿Hay acaso valores islámicos que sustentan la campaña genocida de Daesh? ¿Apoya el Islam el sometimiento o la liquidación de los no-musulmanes? ¿Tiene el Corán un mensaje ambivalente al respecto? Un cristiano que mata a alguien por ser diferente es un mal cristiano y es condenado por la Biblia; ¿sucede lo mismo con el Islam? Son preguntas que los demás musulmanes –y señaladamente sus líderes y pensadores– están especialmente autorizados para responder y así abordar la raíz del problema. Si el Corán condena la conducta de estos terroristas, hay que explicarlo y publicarlo desde mezquitas, medios de comunicación y centros de educación islámica para desproveerles de autoridad.
4. ¿Forman parte de la comunidad musulmana, de la ummah, los miembros de Daesh o Al Qaeda? Es importante saberlo, porque la pertenencia genera responsabilidad de grupo. La comunidad de la que salieron no puede mirar para otro lado cuando de una forma masiva, a miles, personas de su colectivo se están enrolando en esas actividades violentas. En proporción, el número de musulmanes que se manifiestan abiertamente en contra de esas tendencias es pequeño y el número de los que encubren o justifican el fenómeno es grande. Lo preocupante es el “silencio de los buenos”; una comunidad demuestra que está abiertamente en contra de la violencia cuando no la permite en su nombre, cuando entrega y denuncia a los que se vuelven violentos.
Deseamos de corazón una manifestación clara de los musulmanes que conviven con nosotros en favor del sistema democrático de libertades y respeto a las diferencias. Pedimos, consecuentemente, que reclamen a los gobiernos de países de cultura islámica un respeto a las minorías cristianas.
5. ¿Es el Islam capaz, en donde es mayoría, de crear sociedades plurales donde se defiendan los derechos humanos, la democracia, la igualdad de derechos entre hombre y mujer, el derecho de creer y no creer, de practicar y de cambiar de religión? ¿Es compatible con el Islam la tolerancia religiosa, la libertad de conciencia, la libertad de expresión y el pluralismo religioso e ideológico y el sistema democrático? ¿Es capaz el Islam de respetar esos mismos derechos cuando está en minoría y vive dentro de sociedades donde sí están garantizados? Porque esperamos que los musulmanes eduquen a sus hijos e hijas en los valores democráticos de la sociedad que les ha acogido.
No hablamos de asimilación, no pretendemos una asunción forzada de valores, pero esperamos una adaptación de su conducta y su participación activa en la conformación del pacto social en el que toda ideología ayuda a formar ese acuerdo. En este sentido, el concepto de acomodación razonable puede ser útil para la convivencia de cosmovisiones distintas e incluso contrapuestas. Cuando se puede realizar una acomodación de la legislación o la práctica social que no causa un significativo disturbio, se debe realizar esa acomodación.
6. Queremos vernos del mismo lado en la defensa de las libertades que regulan nuestra convivencia; sabemos que muchos musulmanes han sido igualmente víctimas de Daesh. A este grupo, más que con las armas, se le vencerá laminando su legitimidad y autoridad moral, mostrando la debilidad de su fe: un Dios que precisa necesariamente de seguidores que maten a sus propios enemigos, es un dios débil; los cristianos perseguidos lo expresan con claridad en un mensaje a Daesh: “Vosotros morís por vuestro Dios. Nuestro Dios murió por nosotros” 4 . Es el Dios de todos; murió igualmente por los seguidores de Daesh.
1 Mt 10.28
2 1Jn 5.4
3 “Myriam’s story and song”: https://www.youtube.com/watch?v=2MJ8VwMOI “We will sing live: Brother of two Cristian victims of ISIS”: https://www.youtube.com/watch?v=hIEqjMm7BOg
4 “¿Quién se atrevería a amar a Isis? Una carta del pueblo de la Cruz”: https://www.youtube.com/watch?v=uSv4vBcFyvo&feature=youtu.be
Como Alianza Evangélica Española queremos mostrar nuestra más profunda tristeza y dolor por la situación humana que se vive de forma especial en la región mediterránea. Situación que conlleva tantas vidas perdidas de los que no llegaron y tantos riesgos para los que sí llegaron a las costas de Europa, huyendo de situaciones extremas difícilmente evaluables desde nuestro lado del mar. Como cristianos creemos y denunciamos que nuestra sociedad no mejorará su comprensión, si no es capaz de ver lo que ocurre como la consecuencia del mal, del pecado. Es el mal el que genera situaciones de vida de miseria y explotación; es el mal el que produce situaciones de violencia en los países de origen; es el mal el que hace que muchos de ellos mueran en el camino; es el mismo mal el que hace que las mafias se aprovechen de la necesidad para enviarlos en condiciones que no aguantan la navegación; es el mal el que genera indiferencia en parte de los ciudadanos y gobiernos de los países occidentales; es el mal el que en este lado y en el otro generaliza la corrupción; es el mal el que establece condiciones comerciales de explotación de los países del Sur; es el mal el que mira para otro lado o incluso da cobertura a los gobiernos dictatoriales, para obtener ventajas comerciales. Esta crisis humanitaria no puede estar desprovista de una dosis muy importante de realismo. Tenemos que decirnos una serie de verdades que necesitamos para comprender la situación:
1- No hay país en el mundo o conjunto de países que tengan la capacidad de acoger tal marea migratoria. El volumen de migrantes es tan alto y en tan poco tiempo que Europa, incluso maximizando sus capacidades de acogida, no puede recibir de manera digna y adecuada a todas las personas que tratan de entrar en ella.
2- La marea migratoria no dejará de llegar mientras el diferencial económico que existe entre el Norte y el Sur sea el que es. Entre las fronteras Norte – Sur del mundo, la que muestra un mayor diferencial es la que separa el Norte de África y el África subsahariana de Europa.
3- Mientras no se permita la libre entrada de inmigrantes a suelo europeo, seguiremos contemplando la multiplicación de naufragios en aguas mediterráneas.
4- Europa lucha entre dos extremos, el del miedo a la pérdida de sus identidades propias y de un estado del bienestar que sus ciudadanos no paran de ver recortado, y una ideología que solicita la entrada sin restricciones de todo aquel que lo desee. Es necesario que Europa llegue a un consenso entre la realidad y la posibilidad. La única forma en la que se podrían evitar los naufragios y las muertes en el mar, a la vez que se acabarían las mafias que comercian con las personas, sería permitiendo la llegada de todo inmigrante a través de un vuelo de avión desde cualquier aeropuerto de África a cualquier aeropuerto de Europa.
Los costos en vidas y económicos para los migrantes serían mínimos. Mientras ese no sea el consenso o no sea realista esta posibilidad, mientras la entrada no sea libre, tendremos personas muriendo en el Mediterráneo. Los dispositivos de recogida en alta mar priman a aquellos que han tomado la decisión de arriesgar la vida, con lo que a mejores dispositivos de recogida, mayor será el número de los que apostarán por arriesgarla. Probablemente muchos de nosotros entenderemos que la solución de la libre entrada no es viable ni a corto, ni a medio plazo. Eso significa que deberemos continuar con los dispositivos de recogida de los que se arriesguen, que deberemos aceptar que seguirán ocurriendo muertes, que habrá que habilitar mecanismos de devolución de los que consiguieron llegar, que habrá que revisar muy bien los casos de refugiados por causas de conciencia, que habrá que mejorar las formas de colaboración con los países de origen cuyos regímenes acostumbran a estar rotos por la corrupción y que habrá que convencerse que establecer nuevos mecanismos de cooperación y solidaridad internacional es mucho mejor en cuanto a vidas y mucho más económico en costes que otras soluciones.
Reconocemos la complejidad de la situación y de este tipo de medidas, pero seguimos pensando que son las que pueden producir mejores resultados y las que son más acordes con la ética social europea. Los europeos no podemos mirar para otro lado porque la UE tiene su parte de responsabilidad en el origen de la situación: apoyó –incluso militarmente– la caída de regímenes autoritarios en la “primavera árabe”, pero no sostuvo criterios claros a la hora de promover la conformación de sociedades democráticas; como consecuencia, Libia o Siria se han convertido en estados fallidos y en esa desestructuración ha emergido Daesh (“Estado Islámico”) que, con sus genocidios, es causa directa de esa inmigración desesperada. Las muertes en el Mediterráneo tienen que ser para los europeos más que una trágica y sobrecogedora noticia en nuestros medios de comunicación. Porque cada una de esas muertes es un recordatorio a nuestras conciencias de la responsabilidad que tenemos sobre el mundo que estamos construyendo; una parte del problema radica en que nuestra opulenta riqueza se convierte en inhumana injusticia hacia miles de millones de personas.
Desde una perspectiva cristiana, eso es el resultado de nuestro pecado de codicia, y sin reconocer y enmendar nuestra responsabilidad tan solo caminamos como sociedad hacia un juicio seguro: ‘Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos y arruináis a los pobres de la tierra: nunca me olvidaré de ninguna de vuestras obras. ¿No temblará por esto la tierra, y hará duelo todo aquel que habita en ella?. Llegará el día -dice el Señor Dios- que cambiaré vuestras fiestas en llanto y vuestros cantos en lamento ‘ (Oseas 8)
Jaume Llenas Secretario general
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